José Cavero – Agosto, el mes negro de ETA


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Lo que comenzó como un mes de brindis para los etarras, sus jefes y el movimiento de los abertzales radicales, por razón de la explosión del coche bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos y contra dos coches de la guardia Civil en Palma de Mallorca, se ha convertido en uno de los períodos de mayor felicidad para las fuerzas antiterroristas y la ciudadanía en general, que con los que, a la postre, han podido celebrar reiteradamente los éxitos de la colaboración franco española en la lucha contra la banda ETA.

En la última semana, y como consecuencia de la detención de tres relevantes etarras encargados de hacer la distribución de las bombas y explosivos entre los comandos dispuestos a actuar, los gendarmes franceses y los policías españoles han tenido oportunidad de hallar y apoderarse de los contenidos de una decena de zulos distribuidos por media Francia, y que venían a ser auténticos arsenales en los que la banda repartía sus cuantiosos efectivos para seguir matando. Los medios informativos nos han ido dando cuenta de esos importantes hallazgos, uno tras otro y de los materiales hallados en cada uno de ellos, hasta poderse afirmar que posiblemente jamás había encajado la banda terrorista un golpe como éste, salvo, acaso, la detención masiva de los dirigentes etarras que se produjo en la localidad francesa de Bidart en el año 1992.

En los últimos años, uno tras otro, habíamos tenido noticia de la detención de los sucesivos jefes de la banda, y de l internamiento en cárceles españolas de más de setecientos individuos pertenecientes ala organización terrorista, pero jamás se había asistido a un cúmulo tan importante de hallazgos de puntos en que los etarras escondían sus arsenales, en muchos casos dispuestos y a punto para ser empleados y matar. Sólo que, en esta ocasión, la eficacia de las fuerzas de seguridad impedirán que esas armas, explosivos, bombas lapa, cables o cordón de detonación, «tarteras», programadores y temporizadores que permitirían que las bombas se programaran hoy mismo y pudieran estallar el año que viene. Y una extraordinaria y completísima variedad de explosivos y de compuestos que pudieran integrarse sin dificultad en artefactos para matar. Todo ello ha sido posible gracias a la más reciente operación policial contra ETA en Francia y a las confesiones efectuadas por ese trío de individuos –Machain, Etxaburu y Sarasola– y los planos que les han sido incautados en las horas siguientes a su detención. Hasta el punto que se estima que posiblemente hayan sido incautados del orden demedio millar de kilos de explosivos.

En fuentes de la lucha antiterrorista se cree que ese importante número de zulos ya hallados y requisados, es muy probable que todavía se incrementen en las horas y días siguientes. Hasta el momento, las fuerzas de seguridad españolas y francesas apenas han tenido tiempo para proceder a esos hallazgos y requisas, pero sospechan que la relación de arsenales aún no está terminada y podría completarse con algunos más. En todo caso, se insiste en la necesidad de intensificar la cooperación con Francia en esta materia de la lucha contra ETA. La vieja sospecha y creencia de que Francia venía siendo «el santuario» de la banda, y donde tenía sus refugios permanentes, se ha visto estos días perfectamente comprobado y verificado, y merced a la colaboración de las autoridades del Gobierno de Sarkozy se hace posible hoy lo que impidieron muchos de sus antecesores en la presidencia de la República francesa. Pero es evidente que aún es mucho lo que queda por descubrir.

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