José Cavero – A la espera de la sentencia del TC


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Conforme han anticipado ya algunos medios informativos, hay una cuestión sobre la que girará la política nacional en los próximos tiempos, con toda certeza: lo que determine el Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Autonomía catalán. Es del todo probable que sea ésta una de las cuestiones que, finalmente, traerá consigo el nuevo curso político, y hemos podido comprobar en qué medida están ya los partidos políticos catalanes «calentando el ambiente» ante la probabilidad de que los diez magistrados del TC no resulten, a la postre, tan benévolos, bienpensantes o próximos al texto del Estatut como lo era recientemente el ministro de Justicia Francisco Caamaño.

Este opinaba que el Estatut lleva ya un par de años funcionando, y nada extraordinario ha sucedido. Señalaba también que el Govern de la Generalitat de Cataluña, en este tiempo de vigencia, ha determinados distintas leyes, y que no parece probable que, a estas alturas, tenga que dar marcha atrás y rectificar sobre lo aprobado por el Parlament de Cataluña. Y, en efecto, la vigencia del Estatut es seguro que complica las cosas, pero no estará de más, en todo caso, recordar que a los magistrados del TC corresponde decir la última palabra -por muy retrasada que llegue sobre lo deseable e incluso sobre lo establecido por las normas- acerca de ese Estatut…, y sobre los otros estatutos que se han aprobado por las Cortes generales con textos similares e incluso a menudo copiados del articulado catalán.

A esos diez magistrados les corresponde, en definitiva, determinar si el Estatut se aviene con la letra y el espíritu de la Constitución vigente. Y si así no fuera, debiera determinarse qué artículos son esos de los que el Estatut deberá prescindir o deberá rectificar. De manera que bien puede asegurarse que el futuro de esa norma marcará el nuevo curso político. E incluso, como se ha llegado a asegurar, que la sentencia del Estatuto puede hacer saltar las estrategias de los partidos. Por supuesto, los partidos catalanes determinarán la agenda del nuevo curso político por el horizonte de las elecciones autonómicas previstas para el próximo año y, sobre todo, por la perspectiva de la sentencia sobre el Estatuto que, según destacados líderes políticos, podría hacer saltar los calendarios y estrategias de los partidos.

En las últimas semanas han intervenido ya en esta polémica Ridao, Mas, Durán, Puigcercós, Carod, Montilla, Maragall…, varios de ellos son anuncios o advertencias poco menos que apocalípticas. En efecto, a estas alturas, casi todos los partidos ya han anticipado la postura que piensan adoptar: El PSC optaría por una reacción unitaria de los partidos catalanes. El portavoz de ERC, ha advertido de que una sentencia del Tribunal Constitucional que recortara el Estatuto supondría «un conflicto institucional sin precedentes», con una radicalización de los partidos catalanes. Y parece evidente que los efectos de ese desacuerdo se dejarían sentir en las políticas de alianzas, en la estabilidad parlamentaria del Gobierno, en la cohesión interna de los socialistas y hasta en la capacidad del PP para trabar futuros acuerdos con CiU, sin descartar que al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, le podría estallar en las manos una complicada situación política, según admiten algunas fuentes socialistas.

En cuanto a la versión oficial del Gobierno es la de prometer acatamiento a las decisiones judiciales, no adelantar acontecimientos e intentar desdramatizar en lo posible, en vísperas, según se cree, de esa esperadísima sentencia del Constitucional. Esperar y ver, y confiar en la solución que llegue del TC…

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