José Cavero – La política se reactiva


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

Aún cuando quedan todavía unos pocos días de agosto, la comparecencia el martes en el Congreso sobre la presenta persecución contra el PP, y la de la vicepresidenta, este miércoles, para hablar de la financiación autonómica, así como las manifestaciones de Mariano Rajoy contrarias a cualquier elevación de impuestos, nos sitúan ya en un nuevo curso político de muchos asuntos, trascendentes y variados. Se añaden a estas cuestiones políticas los nuevos datos conocidos sobre la operación antiterrorista de la última quincena, con el descubrimiento, nada menos, que de trece zulos o arsenales en los que ETA repartía sus armas y explosivos, supuestos para su estallido en cualquier momento, y en cualquier lugar.

Por lo que se refiere a la presenta persecución del PP por el PSOE, es obvio que la iniciativa popular, por falta de pruebas y argumentos, resultó radicalmente adversa a quien pedía el amparo de la opinión pública. Si acaso, el dato proporcionado por la portavoz popular de que de las 53 actuaciones contra dirigentes del PP, esposados y trasladados como delincuentes, en 49 casos las causas han sido archivadas. Estos días, sin embargo, se sigue relatando el caso de las obras del Gobierno de Jaume Matas en Baleares, y no es precisamente todo limpieza y juego limpio lo que se trasluce. Once dirigentes del PP están imputados por esta causa, en ,a que se triplicaron las facturas en la construcción del velódromo palmesano.

Pero en materia de escuchas telefónicas ilegales para destruir al adversario, es probable que el PP deba seguir centrando su atención en el caso de los «espías» de la Comunidad de Madrid contra sus propios correligionarios desafectos a Esperanza Aguirre. Esos parecen ser casos comprobados y no supuestos… ¿Volverá el PP a este tipo de denuncias y conspiraciones, a las que parece tener afición desmedida? Es probable que Cospedal y Trillo deban explicar a su colega Sáenz de Santamaría. e incluso a Rajoy, por qué razón impulsaron ese chapuzón en un río sin agua.

Por lo demás, el nuevo curso se inicia con la recuperación de una viaje cuestión, que en su momento quedó a falta de los datos esenciales para su entendimiento: la financiación autonómica y el reparto de los dineros del Estado en esa materia. Elena Salgado no ha ido más allá en esa materia, y seguimos a la espera de conocer el reparto final. Pero, sobre todo, el nuevo curso se inicia ante la gran incógnita de la sentencia del tribunal Constitucional sobre el Estatut catalán.

Es evidente que las fuerzas políticas, catalanas o nacionales, arden en deseos de conocer esa trascendente sentencia, por más que aún podría hacerse esperar algunas semanas más. Los dirigentes catalanas han venido demostrando repetidamente que no será fácil, en el caso de recortes al texto, «bajarlos del burro» o hacer que asuman tales eventuales recortes. Buena demostración de esa actitud intolerante es la del president Montilla, al advertir que el TC pudiera alterar el pacto con el Estado, o al exigir que se aplique, en todo caso, el Estatut sin tener en cuenta esos posibles recortes de competencias que determinen los diez magistrados del TC. Montilla sostiene, apoyado por las fuerzas del tripartido que preside, que si la sentencia toca aspectos importantes se tendría que reformular. Le ha faltado añadir que habría que reformularla, hasta la plena satisfacción de los políticos catalanes.

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