José Cavero – Subirán los impuestos


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

Posiblemente, cuando comenzó la crisis económica, pocos pudieron sospechar que uno de sus remedios pasaría por aumentar los impuestos a los ciudadanos, castigados repetidamente por la avaricia de unos pocos causantes de esa situación indeseable: No sólo muchos perderían sus ahorros, o llegarían a perder el empleo, o pasarían por situaciones de intranquilidad y desasosiego, sino que a los restantes, les llegaría ese otro «impuesto revolucionario y global» que son mayores impuestos. Pero así será, ya sin lugar a dudas. A lo sumo, cabe confiar en que la subida de impuestos afectará, sobre todo, a las entidades bancarias, y a los banqueros, y a los ejecutivos de primerísimo nivel. Pero ya es sabido que esos personajes suelen ser quienes más habilidades y posibilidades tienen para evitar impuestos y sortearlos de manera sistemática. Tienen a su disposición a los mejores expertos, incluso a quienes hicieron las normas y saben cómo evitar su aplicación.

Pues en ese punto estamos: la crisis la terminaremos pagando, como la crisis bancaria, como la crisis del empleo, como la crisis de confianza de las instituciones, los ciudadanos. Y la pagaremos con más o mayores impuestos que, eso sí, esta vez se nos garantiza que responderán a un doble criterio: La subida será limitada y temporal. Pero, ¿eso quién podrá creerlo? ¿Quién está en condiciones de dar escalase de garantías de que una vez superada la crisis los impuestos volverán a sus niveles anteriores, y que la duración de esas elevaciones que ahora se nos anuncian será tan sólo ocasional, temporal, para, por ejemplo, dos o tres años a lo sumo? Antes de ese tiempo, será improbable que volvamos a la antigua senda del superávit público, y en todo caso, será impensable que hayamos vuelto a la senda de la razonabilidad en el gasto, a la reducción de gastos inútiles, a la austeridad por principio.

Primero lo anunció el ministro José Blanco: Mayores impuestos para quienes más tienen, con el propósito de atender las necesidades de quienes nada tienen. Luego puntualizó la vicepresidenta Elena Salgado: se revisarán todos y cada uno de los impuestos. Siempre que se trata de revisar impuestos es al alza, naturalmente, jamás a la baja. Y ninguno se escapará de esa revisión a alza: el IRPF, sociedades, IVA. Y en adelante vendrá la controversia de los políticos: si es de izquierdas o es de derechas subir impuestos, si el PP los hubiera bajado en lugar de subirlos, si fue un error eliminar el impuesto sobre patrimonio. A estas alturas, casi cada ciudadano es un experto en «la materia de la que se hace un Estado», y hasta una Comunidad autónoma o un ayuntamiento: Los impuestos. Ninguno de tales entes puede sobrevivir sin impuestos crecientes. Y si hay una crisis, con más razón. Sólo la suma de los ciudadanos es capaz de afrontar el coste espectacular de lo que costaron las hipotecas subprime, la avaricia de los ejecutivos de Wall Street, el rescate de los bancos con problemas, la fusión de las cajas de ahorros, el paro creciente de trabajadores cuyas empresas se redujeron a dimensiones de supervivencia, los mayores subsidios a los pagados de larga duración.

JOSE CAVERO

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