José Luis Gómez – A vueltas con España – Jaque al turismo


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Los balances que van conociéndose del turismo en España referidos a este año no traen buenas noticias, lo cual era previsible, dado que la crisis afecta a muchos de los países que habitualmente aportan los veraneantes que llegan a la península y sus islas. Pero si se analizan esas cifras con más detenimiento afloran datos que resultan más inquietantes que la propia caída del turismo, que junto con la construcción ha sido uno de los dos grandes pilares sobre el que España edificó el llamado milagro económico capaz de generar algún año tanto empleo como todo el resto de Europa. ¿De qué estamos hablando? Entre otras cosas, de la procedencia de esos turistas.

Los llamados turistas de proximidad, es decir, los que llegan de Francia, Portugal e Italia siguen viniendo a España en mayor o menor medida. ¿Quiénes nos abandonan y por qué? La caída de turistas es mucho más acusada en el caso de los alemanes y los ingleses, estos últimos no solo lastrados por la crisis, sino también por la debilidad de su moneda. Ahora bien, ojalá hubiesen dejado de venir solo por razones económicas, que con el paso del tiempo se irán diluyendo. El problema añadido está en que si se analizan los comportamientos de los turistas alemanes e ingleses vemos que están encontrando nuevos destinos, entre ellos Croacia, Turquía y Bulgaria, de modo que si esta tendencia se consolida España puede empezar a tener un problema muy serio como potencia turística mundial.

Lo normal es que España sepa reaccionar, del mismo modo que lo hace por ejemplo aumentando su competitividad como productora de automóviles; es decir, elevando la calidad y manteniendo los precios. Si el camino es otro en los servicios que nutren el turismo estaremos hablando de una situación no solo preocupante para las agencias de viajes y los hoteles y restaurantes, sino también para el conjunto de la economía española, cuya demanda interna se debe en buena parte al consumo de los turistas de los grandes países europeos. Es otra buena razón para que el jefe del Gobierno convoque cuanto antes una Conferencia de Presidentes sobre asuntos económicos. La aplicación de sistemas de calidad y de gestión medio ambiental en el sector turístico requiere actuaciones coordinadas en todas las autonomías y, por tanto, la implicación de empresarios y administraciones públicas.

Por ahora estamos a tiempo para conseguir que España se mantenga como segunda potencia turística en el mundo, pero asumiendo que su débil competitividad es tal que en la tabla de marcadores The World Economic Forum (Travel & Tourism Competitiveness Report 2008) ya aparece en quinto lugar. Todo un jaque al sector.

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