Esther Esteban – Más que palabras – Los besos de la ministra


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

La gripe A ha obrado el milagro y ha convertido a la ministra del ramo en al excepción de la norma: la única del gobierno de Zapatero que logra alcanzar, sin despeinarse, un consenso con la oposición e intenta evitar a toda costa que los temas de salud se contagien de ese mal contagioso llamado partidismo. A falta de críticas serias a la gestión de Trinidad Jiménez -que al menos de momento merece el aprobado-, algunos han criticado sus besos. Se besa con los consejeros el PP, con el PSOE, con los nacionalistas y como sus besos no tienen color político, eso es motivo de portadas en los periódicos «Besar no mata y los españoles somos muy besucones» afirma la ministra, con resignación cuando algún periodista le pide que predique con el ejemplo y evite posibles contagios limitando sus saludos a estrechar la mano.

Las últimas medidas consensuadas entre el Ministerio y las comunidades autónomas son, sin embargo, harina de otro costal. De entre ellas la mas polémica es sin duda el hecho de que los menores de 14 años no sean vacunados masivamente y solo se haga en los casos de niños mayores de seis meses con una patología crónica. Es cierto que fue la propia ministra quien anunció, apenas hace un mes, que todos los menores serian vacunados pero también lo es que las famosas vacunas estén en estos momentos en fase de ensayo clínico y por lo tanto tal decisión no es del todo descabellada, no vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad.

A nadie debería extrañar los cambios que se están produciendo en la toma de decisiones sanitarias, ya que todo lo relacionado con la gripe A muestra una evolución impredecible que esta obligando en todos los países a ir variando, sobre la marcha, las políticas de salud publica para hacer frente a una pandemia aun de consecuencias desconocidas.

Quiero creer que la ministra cumplirá su palabra y ,finalmente, no se quedara sin vacuna nadie que lo necesita. Lo contrario sería no solo temerario, sino motivo suficiente para romper un consenso ejemplar que abre una pequeña ventana a la esperanza sobre la sensatez de nuestros políticos. Haber hecho de un tema tan grave una causa más para la pelea partidista y la escaramuza política hubiera sido no solo irresponsable sino de una miopía intolerable. Dado que lo peor esta por llegar y que este invierno la nueva gripe puede complicar mucho las cosas, el mejor tratamiento además del sanitario tiene un nombre: transparencia e información. Los ciudadanos debemos estar puntualmente informados y todas las administraciones hacer un esfuerzo divulgativo sobre la mejor manera de evitar el contagio sin provocar una alarma innecesaria.

Esta bien que los colegios comiencen su actividad con normalidad como lo han hecho todas las empresas del país. El miedo es libre pero cuando se tiene información se afronta de otra manera. Y sabe mejor.

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