Fermín Bocos – Mírenme a los labios


MADRID, 2 (OTR/PRESS)

«Mírenme a los labios: ¡no voy a subir los impuestos¡» -se le ocurrió decir un buen día a George H. Bush I, a la sazón presidente de los EE.UU-. Meses después, se olvidó de su promesa y subió los impuestos. Quienes no la habían olvidado fueron los electores que en la primera oportunidad de acudir a las urnas, le dieron la espalda y optaron por llevar a Bill Clinton a la Casa Blanca.

Me ha venido a la memoria este episodio de la vida norteamericana, en razón del anuncio del presidente Zapatero avanzando que el Gobierno español tiene intención de subir los impuestos que gravan el ahorro , las rentas de capital y en parte, también el IRPF -a resultas de la supresión de la deducción de los famosos 400 euros-.

El mismo Rodríguez Zapatero que el pasado mes de junio aseguraba que el Gobierno no «tenía intención de subir los impuestos», anunciaba lo contrario en el transcurso de la rueda de prensa celebrada a su paso por Estocolmo. ¿Mala memoria? ¿Cambio de texto en el papel que el actor tiene colocado sobre el atril? Acudo a la imagen del actor porque, tengo para mi, que es la única manera de explicar -que no es lo mismo que justificar-, las reiterada tendencia del señor Zapatero a proclamar lo uno y su contrario sin añadir disculpas, sin conceder lugar a la memoria que la gente guarda de sus presidenciales improvisaciones.

La pregunta inevitable es ésta:¿creerá el Presidente que los ciudadanos padecemos amnesia? Del largo centón de asesores en nómina en La Moncloa, ¿no habrá alguno que se atreva a contarle lo que le pasó a Georges H. Bush, tras aquél imprudente… o mentiroso:¡»Mírenme a los labios: no voy a subir los impuestos!»

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