MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Con notable retraso sobre lo que muchos analistas entendieron que era aconsejable, finalmente, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, «estudia llevar a cabo una remodelación» de su Ejecutivo. Lo ha anticipado una página web generalmente bien informada, «lanacion.es», que indica que parece inminente la salida de dos de sus hombres de confianza, el vicepresidente primero y portavoz, Ignacio González, y del consejero de Interior y Justicia, Francisco Granados, acusado este último, en su momento, de organizar presuntos seguimientos al ex consejero madrileño del PP Alfredo Prada y cuya investigación se cerró, apresuradamente, en la Asamblea madrileña.
En cuanto a Ignacio Gonález, dio mucho que hablar, también hace algunos meses, la filtración de que había sido investigado y alguno de sus viajes al exterior fue «atendido» por alguna «extraña agencia de información», que Esperanza Aguirre no dudó en atribuir al propio ministro del interior, Pérez Rubalcaba. Por el contrario, desde las filas socialistas se ha acusado repetidamente a Francisco Granados, y a la propia Aguirre, como origen de las escuchas practicadas, sobre todo contra quien fue consejero de Justicia de la propia Aguirre, y se distanció de la presidenta ante el Congreso valenciano, ante el que Esperanza Aguirre mantuvo una actitud frente a Mariano Rajoy.
Desde que las atenciones públicas se centraron en esos dos personajes, González y Granados, distintas voces reclamaron que lo mejor que podría hacer Aguirre sería prescindir de ambos y privarse de su pesado lastre… Incluso, no se descarta que hubiera recibido algún recado en el mismo sentido desde el despacho del presidente del partido. El gobierno de Aguirre ya padeció otra baja de importancia por causa del caso Gürtel, cuando se revelaron los fondos recibidos, desde la trama de Correa, por el consejero de Deportes, López Viejo.
En la misma página web se señala que la persona mejor posicionada para adquirir una mayor responsabilidad en el nuevo equipo de Aguirre, tras esta remodelación, es su actual consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, un veterano de la política con larguísima trayectoria, que se ha venido caracterizando desde su fichaje por Aguirre por un apoyo cerrado a la presidenta, hasta extremos que alguno de sus colegas no dudaron en calificarle de «pelota número uno», descabalgando de esa posición a los ahora sustituidos, González y Granados.
