Julia Navarro – Escaño Cero – Que cierren el T.C.


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

Yo creo que nuestros ilustres políticos deberían de cerrar el Tribunal Constitucional, y cuanto antes mejor. No, no crean que es una «boutade» lo que están leyendo, es que en vista de las declaraciones de miembros del Gobierno y dirigentes de partidos con representación parlamentaria respecto a que el Tribunal Constitucional no es quién para enmendar la plana al Parlamento, pues no tiene sentido que los contribuyentes tengan que sufragar el mantenimiento de un tribunal cuestionado por los propios políticos.

Vaya por delante que en mi opinión el Tribunal Constitucional es una pieza fundamental en nuestro ordenamiento jurídico y que en un Estado tan enrevesado como el nuestro, es absolutamente necesaria su labor. Pero a la vista está que los políticos tienen un sentido absolutamente utilitario de todo lo que les rodea, incluidos los tribunales, y en este momento el Constitucional se ha convertido en un elemento a batir habida cuenta de que pudiera ser que el Alto Tribunal declarara inconstitucionales algunos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Ni el Gobierno ni el tripartito catalán están dispuestos a que esto suceda, de tal manera que vienen presionando de manera pública al Tribunal con declaraciones que a todas luces producen vergüenza ajena.

El ministro de Justicia, que brilla por su perfil bajísimo, sólo se ha dejado ver para decir que el Estatuto catalán es constitucional, que ya está en rodaje y que no se debe de modificar. El listísimo ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también ha dejado dicho que el estatuto es constitucional, así que punto en boca, por no recordar las declaraciones de los miembros del tripartito que amenazan con movilizaciones y plantes en caso de que el Tribunal no haga lo que ellos quieren. Y todos se amparan en el pintoresco argumento de que lo que ha aprobado el Parlamento y ha sido ratificado en referéndum no puede ser reinterpretado, ni modificado ni desechado por el Tribunal Constitucional. De manera que nuestros políticos sientan doctrina, se cargan el espíritu de la Constitución, y ya sabemos que de ahora en adelante pueden hacer lo que les venga en gana, sea o no sea constitucional, si tienen mayoría suficiente para hacerlo.

Yo debo de ser marciana, porque realmente me escandaliza la actitud descarada de ministros y políticos que andan a pedradas contra el Constitucional cuestionando nada menos que su legitimidad. Desde luego la actuación del titular de Justicia es para que pase a los anales de lo que no debe de hacer un ministro de Justicia. Las cacerías de su antecesor son un juego de niños comparado con lo que hace Caamaño.

Si las presiones públicas a las que se somete al Tribunal son las que vemos, no quiero ni pensar las presiones soterradas que deben de estar soportando los miembros del Tribunal. A mí, me parece que lo que está pasando es muy grave y ¡ojalá! el Tribunal Constitucional sea capaz de aguantar las presiones y de poner freno a quienes se creen que la Constitución está para pisotearla si se tiene mayoría suficiente.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído