Esther Esteban – Más que palabras – Familia y tradición


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Ayer era el día «D» y las doce del mediodía fue la hora prevista para que se consumara la traición, para que una vez mas un ayuntamiento de España –en este caso el de Benidorm– cambiara de manos gracias al voto de un tránsfuga. Era la historia de una moción de censura anunciada que no tendría mayor recorrido si no tuviera todos los ingredientes de un culebrón. «Pajín contra Pajín» habíamos leído estos días en los titulares y así fue. La madre de la número tres del PSOE, Maite Iraola, es una de las doce concejales socialistas que presentaron su baja en el partido sin atender las indicaciones de la dirección de Ferraz, con la peculiaridad de que la orden dada e incumplida era de la carne de su carne.

Desconozco que haría yo ante el dilema; pero lo que tengo claro es que no habría siglas políticas que valgan si tuviera que colocar a un hijo mío entre la espada y la pared, negándole la autoridad ante sus compañeros de partido. Vimos a Maite aparentemente tranquila y contenta, demasiado contenta con la decisión de tirar por la calle del medio dando la espalda a años de militancia. Aunque al final no jugó el papelón de ser ella, precisamente ella, la encargada de defender los argumentos de los «rebeldes» supongo que la procesión iría por dentro, salvo que para ella todo esto sea un paripé, una historia temporal, y cuando amaine el temporal y se apaguen los focos, tenga la seguridad de que volverá a ser candidata en las próximas elecciones bajo las siglas socialistas. ¿Es eso lo que su sonrisa esconde? El tiempo lo dirá.

Pero más allá del dilema personal, ésta es una historia más de ambición y poder, de deterioro de nuestras instituciones democráticas y de falta de respeto a las urnas. Ayer, el día «D» fue malo, muy malo para los ciudadanos de Benidorm, que dieron a unos políticos su confianza en las urnas y ahora ven como al final, ni las leyes antitransfuguismo ni el escándalo general sirven de mucho para que otros, de otro partido, ocupen su puesto. Sea como fuere, en política ni vale todo ni se debe hacer la vista gorda. ¿Que se esconde detrás de todo esto? ¿Dinero, poder, influencia o todas esas cosas y algo mas? Es un caso más pero no será el único, y eso solo tiene un calificativo: Bochornoso e intolerable.

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