Victoria Lafora – Los restos del prestigio


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

¿Conocía el Sr. De la Rua, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano, el demoledor informe de la policía sobre financiación ilegal del PP, antes de votar a favor del archivo de la causa contra su amigo Camps? ¿Lo había leído? Porque, de ser así, resulta cuando menos extraño que lo obviara alegando que nada tenía que ver ese informe con el hecho que se juzgaba: el de cohecho impropio. Y es que, de ser cierto todo lo que en el informe de marras se dice -y parece más que evidente que así es- el cohecho de los imputados no sería impropio sino, pura y llanamente, cohecho. Figura delictiva a la que habría que añadir otras muchas como la de falsificación de documentos o el delito fiscal.

Pensemos pues, en aras de la presunción de inocencia, que el juez De la Rua no había leído el informe y que lo rechazó sin más, por pereza, o por negligencia o simplemente porque, no habiéndolo solicitado lo consideró algo así como una ingerencia en su trabajo. Motivos todos ellos graves pero menos de lo que podría ser una actitud cercana a la prevaricación, cuando no claramente prevaricadora: dictar a sabiendas una resolución injusta.

¿Conocía el Sr. Rajoy, Presidente del Partido Popular, el demoledor informe de la brigada de blanqueo de capitales, antes de entonar su incesante «mantra» de la persecución a la que se somete a su partido, antes de ensalzar hasta la nausea como adalid de la honradez a su presidente autonómico?

Pensemos, en aras de la presunción de inocencia que no; que ni lo había leído ni tenía la más leve noticia de su existencia, porque de lo contrario, si había sido advertido y montó una estrategia de descrédito de las instituciones para curarse en salud, lo que significaría un simple acto de fe en sus correligionarios, una convicción moral de las suyas, pasaría a convertirse en complicidad. Asunto realmente gravísimo del que debería responder ante la sociedad. Y para eso están los votos.

¿Pero ante quien debe responder el Sr. De la Rua en caso de que se demuestre que el informe es veraz y que el lo conocía? En este caso los votos no sirven y los ciudadanos desconfían del corporativismo de la justicia en nuestro país. ¿Por qué la fiscalía no recusó a un juez del que constaba una «más que amistad» con el imputado?¿Va a tomar medidas el Consejo General del Poder judicial ante tanta irregularidad?¿Va a denunciar el seudo sindicato «Manos limpias» al juez De la Rua como ha hecho con el juez Garzón?¿Va a actuar el Tribunal Supremo, en el hipotético caso de que se presente una denuncia, con la diligencia y el afán con el que están actuando contra Garzón por abrir una causa contra el franquismo?. La administración de la Justicia se juega los restos del prestigio que le quedan.

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