Carlos Carnicero – Obama en el centro del huracán


MADRID, 10 (OTR/PRESS)

El presidente Obama era conocedor de las dificultades del ejercicio del poder, sobre todo en épocas de crisis múltiples y con las enormes resistencias de sus causantes a permitir cambios estructurales en el sistema que les evite la capacidad de decisión tan amplia como para poder repetir unos esquemas que perjudican a la mayoría de los ciudadanos.

La lucha por organizar una sanidad pública en Estados Unidos está siendo uno de los primeros escollos de un cambio social profundo. La dirección de la guerra de Afganistán, el cumplimiento del cierre de Guantánamo, son medidas anunciadas que tienen una difícil ejecución por los complicados mecanismos de toma de decisión en los que intervienen el Congreso y el Senado. El cambio de la política armamentística, la intención de un entendimiento diplomático con Irán y las medidas para desatacar el proceso de paz en Oriente Próximo son también iniciativas extremadamente difíciles.,

Ahora la concesión del premio Nóbel de la paz se convierte en un alma de doble filo que servirá a los enemigos internos y externos de Obama para atacar con más saña las políticas y la personalidad del presidente. El racismo y los más oscuros intereses que subyacen en la sociedad norteamericana se constituye en un peligro cierto que realizará ataques en todos los sentidos para evitar que el primer presidente de raza negra en la historia de Estados Unidos pueda sacar adelante las grandes reformas que se ha propuesto.

Es cierto que el premio puede considerarse prematuro. Pero también es cierto que la ausencia de liderazgos en el mundo occidental para una situación de crisis que exige cambios radicales dejaba probablemente sin alternativas la designación de un Nóbel de prestigio.

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