MADRID, 10 (OTR/PRESS)
Las bolsas estaban en la gloria y llegó el presidente de la Reserva Federal y les dio el día, veremos si la semana o el mes. Bernanke ha dicho que piensa subir los tipos de interés en Estados Unidos en cuanto la recuperación sea un hecho y los inversores han debido pensar que eso se producirá más o menos pronto. La bolsa española que abrió animada acabó en negativo, aunque en la semana el IBEX lograra auparse más de un 3 por ciento. Tocar los 12.000 puntos se está convirtiendo en una causa complicada. Estamos en plena presentación de resultados empresariales y todo el mundo creía que eso iba a mandar hasta que le dio por hablar al presidente de la Reserva Federal.
Menos caso hicieron las bolsas al presidente del BCE que apenas veinticuatro horas antes había advertido a los gobiernos que estuvieran alerta y que no dijeran que las dificultades han pasado (cosa que Zapatero no ha debido entender). Además, no tocó los tipos y aventuró que se mantendrían bajos por más tiempo. Ya veremos cómo se desarrollan los acontecimientos. Las opiniones son de todos los colores. En todo caso, la recuperación de la economía mundial, sobre todo de algunos países muy concretos, parece acercarse y podemos asistir a una subida del precio del dinero que cogerá a España con el pie cambiado. El endeudamiento del Estado y de familias y empresas se encarecerá y la bola se nos puede atragantar.
El presidente del Gobierno se empeña en vendernos la idea de que lo peor ha pasado y vino a desmentir el discurso escrito, que no leído, de su ministra de Economía en el Senado. Salgado tenía escrito que la economía española mostraba signos de volver a recaer y rápidamente Zapatero se apresuró a asegurar lo contrario. ¡Y quieren que se recupere la confianza en un gobierno que no se aclara! Los datos que vamos conociendo, el más preocupante el del paro, siguen mostrado signo negativo y no hay nada en el horizonte cercano ni a medio plazo que haga pensar que las cosas se van a enderezar sino más bien al contrario. En este contexto, las bolsas pueden seguir a su aire, al ritmo que le marcan desde fuera y con empresas como Telefónica que tira del mercado y que promete jugosos dividendos. Vamos a ver hasta dónde llega y si octubre sigue la estadística o no.