José Cavero – Abucheos a Zapatero.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Habría sido un desfile militar, y por tanto una celebración del Día de la Fiesta Nacional y de la Hispanidad, sin ninguna anormalidad ni hecho diferencial a señalar de no haber sido por los abucheos que este año como los dos anteriores, se han producido contra el presidente Zapatero. En efecto, Zapatero se ha visto forzado a escuchar abucheos, silbidos y gritos como «Zapatero, dimisión» o «fuera, fuera» a su llegada y al terminar el desfile militar. En años precedentes también hubo reproches contra el jefe del Ejecutivo al inicio del acto, pero en esta ocasión los gritos se han escuchado con más fuerza, y pese al gesto de insatisfacción que ofrecía el Rey don Juan Carlos. También la vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, que llegó al desfile antes que Zapatero, fue recibida con silbidos y abucheos procedentes de las dos gradas de público situadas en las inmediaciones de las tribunas de autoridades e invitados.

Por lo demás, y junto con esas demostraciones de desaprobación al jefe del gobierno, y acaso a la política que ejecuta su gobierno, la asistencia de autoridades fue la habitual en estos casos: Los Reyes, los Príncipes de Asturias, la infanta Elena y los Duques de Palma, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Defensa, Carme Chacón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros. Con alguna novedad de relieve, como el consejero vasco y la presidenta del parlamento vasco, ausentes en los años en que el PNV gobernaba en Euskadi.

En el desfile, que se desarrolló en otro punto de la castellana distinto al que es habitual, participaron 4.207 militares de los tres ejércitos y la Guardia Civil -400 menos que en la edición anterior-, 209 vehículos y 58 aeronaves. Este año se dedicó a la conmemoración de los 20 años de participación española en misiones internacionales y por ello desfilaron de manera destacada las banderas de las tres organizaciones internacionales bajo las que están desplegadas las tropas españolas en Afganistán, Líbano, aguas de Somalia…, como son la ONU, la UE y la OTAN.

Antes de la parada propiamente dicha, pero ya como parte de la ceremonia de cada doce de octubre, se procedió al izado de la bandera nacional, que llegó al escenario principal de la mano de un paracaidista que se había lanzado desde un avión. Después, el rey Don Juan Carlos y el presidente del Gobierno rindieron homenaje a los caídos en acto de servicio. Durante este oficio sonó la letra de «La muerte no es el final» y se cerró con la pasada aérea de la Patrulla Aguila dibujando la bandera de España en el cielo de Madrid. Al margen de quienes pitaron y abuchearon a Zapatero, el público presente, sobre todo los familiares instalados en la tribuna de autoridades, no pararon de aplaudir a los militares que desfilaban. Los efectivos de la Guardia Civil, legionarios y regulares fueron los que más vítores merecieron. Y la cabra de la Legión, que este año se llamaba «golfa»…

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