Andrés Aberasturi – Aprobados los presupuestos.


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Ya está: el Gobierno ya tiene quien le apruebe los prepuestos -esos muy malos presupuestos- para el año que viene. Después de negociar con unos y con otros, el PNV y Coalición Canaria darán el «si» a las cuentas del Reino naturalmente a cambio de algo: en el caso del PNV, el blindaje del concierto económico y el pago de un IVA atrasado y para Coalición Canaria ayudas más que necesarias y urgentes que parten de 15 millones de euros para atender a los inmigrantes menores y se amplían en varios planes de apoyo para una comunidad siempre postergada y que sufre no sólo el fenómeno desbordante de las pateras sino un paro alarmante fruto posiblemente de su alejamiento y de una economía basada sobre todo en los dos pilares que más están sufriendo la crisis: los servicios y la construcción.

Sobre el concierto económico que el PNV ha exigido blindar a cambio de su apoyo, el asunto no parece tan sencillo. Si bien es cierto que hay antecedentes y que la foralidad viene de lejos, asusta un poco la palabra: blindaje. Por eso Alonso le quitaba importancia y hablaba del «mal llamado blindaje». Pero un país que es capaz de blindar hasta el agua de los ríos, ya vale todo.

Dentro de lo malo, no ha sido lo peor. Esquerra Republicana, por ejemplo, unía el futuro de nuestro dinero a que se viera la televisión catalana en Valencia. Este chalaneo anterior al debate resulta por lo menos pintoresco y deja claro lo que pretende cada uno y lo que a cada uno le importa el bien de todos. Pero esto de la coherencia, la solidaridad o la conciencia nacional no parece estar al alcance de ciertas gentes. Lo curioso es que, ya con los votos necesarios, Alonso quiere seguir negociando con otras «fuerzas de izquierda» para hacer más amplio el respaldo. No tengo muy claro si para Alonso el PNV y CC son fuerzas de izquierda; qué cosas.

Pero lo que no termina de convencer es que estas cosas que seguramente son justas (lo son en el caso de Coalición Canaria) y en todo caso discutibles (el blindaje del Concierto vasco) se tengan que obtener mercadeando votos en lugar de discutiendo los temas donde deben ser discutidos. El aroma a chantaje no hay quien lo quite y flota espesamente sobre los protagonistas y uno se pregunta por qué. Al final, los gobiernos se van a guardar ases en la manga, cosas que saben que pueden y hasta deben hacer por la vía normal, para luego sacarlos de la manga y ofrecerlos como moneda de cambio a la hora de recabar apoyos. No suena bien y desvirtúa el valor de unas exigencias que seguramente son justas, urgentes y necesarias en el caso de Canarias.

De todas formas, el debate promete aunque ya estén aprobados los presupuestos. Las enmiendas le van a llegar al Gobierno desde su derecha y desde su izquierda y al final, ya verán, terminaremos discutiendo más de la presunta corrupción del PP que de las cuentas públicas que a todos nos afectan.

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