Julia Navarro – Escaño Cero – Los sueños de Cayo Lara.


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Hay esfuerzos que, por inútiles, conducen a la melancolía. Pero el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, debe de ser un hombre poco melancólico y más bien un soñador, como Don Quijote, dispuesto a luchar contra los molinos de viento.

Cayo Lara se lo dijo al mismísimo Rey: él pretende que España deje de ser una Monarquía. Por si fuera poco, ahora se ha empeñado en otra batalla: que el Congreso elabore una nueva Ley Electoral que acabe con la injusticia que supone que una formación como IU tenga un millón de votos y un solo escaño, mientras los partidos nacionalistas tienen una representación parlamentaria sin duda sobrevalorada habida cuenta de los pocos votos que tienen.

Por lo pronto, Cayo Lara se ha reunido con Rosa Díez y ha pedido cita con el resto de los portavoces parlamentarios para tratar este último asunto.

Respecto a que España deje de ser una Monarquía no dependerá de IU, sino de la propia Monarquía. La realidad es que la Monarquía es un anacronismo y la única manera que tiene de mantenerse es hacer creíble la ilusión del cuento de hadas y ser discretos. En nuestro país mientras don Juan Carlos y doña Sofía vivan la Monarquía está asegurada. El día que falten ya se verá.

En cuanto a la reforma de la Ley Electoral, pues qué quieren que les diga. La realidad es que ninguno de los dos grandes partidos y desde luego ningún partido nacionalista está dispuesto a su reforma. En el Congreso se puso en marcha una subcomisión que ni se ha molestado en reunirse para ponerse a trabajar y ahora dicen que allá por la primavera del 2010 lo mismo tienen algún texto para debatir.

El caso es que Cayo Lara tiene razón, tenemos una Ley Electoral que se ha quedado obsoleta y que no permite que las fuerzas políticas tengan la representación parlamentaria adecuada a sus votantes. De manera que IU que es un partido de carácter estatal y tiene más votos que el PNV, obtiene menos escaños. O Rosa Díez, que está logrando abrirse un espacio entre el electorado, también está minusvalorada parlamentariamente.

El actual sistema electoral prima de tal manera a los partidos nacionalistas que éstos se han convertido en árbitros de la política española determinándola en función de sus intereses, que no de los intereses generales. Pero pretender que el PSOE o el PP se atrevan a modificar la Ley Electoral colocando a cada cual en su lugar es como creer en los Reyes Magos. A lo máximo que podrían llegar es a aumentar el número de escaños para permitir que IU tenga algún escaño más.

Y, sin embargo, el sistema electoral debería de modificarse, permitiendo una relación más directa de los ciudadanos con los diputados. Me temo que los sueños de Cayo Lara sueños son.

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