Rafael Martínez-Simancas – Sin etiqueta – La ira de Obama.


MADRID, 27 (OTR/PRESS)

Era Groucho Marx el que decía: «disculpen si les llamo caballeros pero es que todavía no les conozco lo suficiente». Obama ha aplicado esa idea a sus relaciones con los medios de comunicación hasta que la poderosa cadena Fox le ha tocado el trigémino, a partir de ahora la cadena conservadora se incluye dentro del «eje del mal» de la Casa Blanca. Motivos no le faltan al presidente norteamericano que ha sido vilipendiado hasta el escarnio en cuántas ocasiones se han presentado. No es ya una crítica a la labor de Obama sino un ataque hacia su persona lo que evalúan los analistas cercanos a la presidencia de Estados Unidos.

Lo último, (hasta el momento), ha sido una gracieta de la estrella de la Fox, Glenn Beck, que apareció en pantalla con cara de pocos amigos y con un bate de béisbol en la mano. Según Beck estaba imitando a Robert de Niro cuando hacía de Al Capone en «Los Intocables», y asociaba el comportamiento de Obama con el del actor que machacaba la cabeza de uno de sus enemigos sin expresar la menor mueca de clemencia. La Casa Blanca considera que han cruzado la línea roja del buen gusto.

La escena del bate se une a la labor de segar la hierba que mantienen los comentaristas de la Fox como si se tratara de un concurso para superar barbaridades. Entre ellas está la cruzada contra la portavoz del gobierno, Anita Dunn, que el verano pasado tuvo la infeliz idea de situar a Mao Tse-Tung entre sus filósofos favoritos. Un comentario que cogido con pinzas le ha valido a Beck para decir que Obama es maoísta, o lo que es lo mismo un peligroso agente al servicio del comunismo con sede oficial en Washington. No «fair play» ni gaitas escocesas, Obama se ha hartado de que le falten al respeto desde una de las mayores cadenas de televisión de Estados Unidos. Tal vez haya sopesado la respuesta, tal vez haya contado hasta cien varias veces, pero la paciencia tiene un límite y si la Fox quería una respuesta la acaba de encontrar. Estaba claro que Obama nunca fue el candidato de la cadena conservadora pero nadie podía esperar a que la inquina llegara a tamaño grado de descalificaciones. Bien es verdad que en televisión todo escándalo tiene su audiencia y a la Fox le conviene que el presidente de Estados Unidos les preste atención. La indiferencia no sube puntos en la cuota de pantalla.

Ya veremos cómo queda la batalla pero recordemos que es el hombre más poderoso del mundo contra una cadena de televisión a la que puede mandar a «negro», no en referencia a su color de piel, sino aplicándole la ira de los césares que siempre fue poderosa. Lo fue para quemar Roma y lo puede ser para acallar chistes malos.

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