José Cavero – Preocupa de forma creciente la corrupción


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

Por fortuna, y aunque los episodios no cesen, a los ciudadanos sigue resultando llamativa y altamente preocupante la corrupción, en particular la que protagonizan los políticos. Este domingo es evidente la preocupación, que se puede observar en casi todos los titulares de los periódicos: El sumario de la trama corrupta salpica al Gobierno catalán. La ventaja del PP se evapora con el desgaste de Rajoy. El entorno de Rajoy le reclama medidas drásticas contra Aguirre; dice un periódico. Otro: Tramas de corrupción, El dinero nunca aparece. Cataluña, en estado de shock. Un tercero: vuelco electoral en pleno debate de la corrupción en Cataluña. Otro más: los jueces critican el escarnio de las detenciones televisadas. 21 alcaldes han sido arrestado en España desde 2006 por delitos urbanísticos. Otro más: La corrupción política ha sustraído al menos 4.158 millones en diez años. Según las investigaciones de la Fiscalía en los 28 sumarios más importantes. Uno más: La corrupción ahora España y ya mueve más dinero que la droga. Más de 300 personas serán juzgadas en 2010. Rajoy y Zapatero, abocados a otro pacto de Estado.

Parece que el más reciente de los casos, en el que se ven implicados dirigentes y responsables políticos de PSC y de CiU, ha desbordado algunas buenas conciencias, que llegan a la conclusión de que ya se ha llegado demasiado lejos en la aceptación social de esta clase de delincuencia de cuello blanco, y que es el momento de decretar la tolerancia cero, como la describía el ministro Caamaño hace unos días. «No va más», se coincide en todas las cúpulas de los partidos, pero sobre todo, coinciden en decir todos los ciudadanos, que culpan directamente a los partidos de este bochornoso estado de cosas: Los partidos no actúan con la suficiente firmeza, mantienen en sus cargos al corrupto y hasta lo defienden de sus adversarios políticos, como hemos visto muy recientemente en el PP valenciano, en lugar de ser los primeros que reclamen la depuración de responsabilidades. Entre otras cosas, los partidos no han reaccionado hasta la fecha porque tampoco le enviaban el mensaje de esa necesidad las encuestas de opinión: Después de que ese conocieran los detalles del Gürtel valenciano, las encuestas seguían mostrando un importante apoyo de los votantes a los candidatos enfangados en el caso. Es más, parecía que los trajes gratis de Camps colaboraban a garantizarle la reelección. Esta vez, en cambio, parece que las cosas empiezan a cambiar, y las primeras encuestas conocidas advierten del cambio de tendencia: el corrupto empieza por verse castigado también en las encuestas de opinión.

Todavía hay serias dudas, sin embargo, de que los primeros dirigentes lleguen a ponerse de acuerdo en una actuación drástica y terminante contra los corruptos del color y al nivel que sean. Todavía pregona en los dirigentes políticos la obsesión por culpabilizar al contrario y justificar al propio, en una actitud de solidaridad incomprensible. Que en buena medida, puede nacer de la sospecha de que la fiscalía y algunos jueces «juegan de farol», y encarcelan sin demostración suficiente de que hay delito grave y continuado. Incluso que pueden llegar a emplear las detenciones para dar un cierto escarmiento a los políticos, a quienes se permite que posen esposados ante las cámaras de televisión, para escarnio de los afectados, sus familiares y de sus partidos correspondientes.

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