MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Tras la expectación que suscitó el anuncio, en Cartagena, de la reunión de la Ejecutiva del PP, y de los anuncios que en esta reunión de los «mandos» del principal partido de la oposición se proponía efectuar, el primer «campanazo» lo daba, a la hora de la reunión, la ausencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, en su permanente actitud de «pepito grillo de Rajoy». Se pudo suponer, en un primer momento, que la aceptación por ella misma y por Ignacio González de la candidatura de Rodrigo Rato para optar a la presidencia de Caja Madrid era una mano tendida al acuerdo, al igual que había hecho el presidente valenciano Camps al hacer efectivo el cese de Ricardo Costa.
Sin embargo, Esperanza Aguirre aún mantenía en la manga otra carta para su personal promoción y el susto de sus correligionarios: la combativa «lideresa» anunciaba su ausencia y la justificaba en el hecho de que los asistentes tuvieran la mayor libertad para tratar el Caso Cobo. Es decir, si algunos llegaron a creer que Aguirre se había olvidado de su condición previa, de que no cedería en sus aspiraciones de situar a su «segundo» en Caja Madrid hasta que Manuel Cobo no fuera reconvenido, y tal vez castigado, por sus críticas a la propia presidenta madrileña, ha quedado de manifiesto que Aguirre tiene aún clavada esa espina, y no cederá hasta verla extraída. Por la sencilla razón de que sancionar o reconvenir a Cobo es hacerlo con su «jefe» Gallardón, en la sempiterna pelea de los dos altos cargos madrileños.
De manera que Aguirre daba un formidable plantón a su adversario verdadero, el presidente del PP nacional, Mariano Rajoy, y decidía no acudir al Comité Ejecutivo Nacional del PP, en contra de su costumbre -según ponía de relieve ella misma-. Recordemos que Aguirre había solicitado una sanción «ejemplar» para el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, después de que hace una semana afirmarse en una entrevista que era «de vómito» lo que el entorno de Aguirre estaba haciendo a Rodrigo Rato. Cobo ha sido citado el miércoles ante el Comité de Derechos y Garantías del PP. No hay duda de que la ausencia de Aguirre deslucía apreciablemente el «mitin» anunciado por Rajoy y lo relegaba a un segundo plano, por interesantes que fueran ya sus planteamientos.
Según fuentes «populares», el presidente del PP, Mariano Rajoy, se proponía hacer ante el Comité Ejecutivo Nacional, a puerta cerrada, un discurso de futuro y una llamada a la lealtad y la responsabilidad de sus cargos, tras dar por superados los problemas que han mantenido ocupado al partido en las últimas semanas. Varios dirigentes del partido habían destacado, en efecto, que Rajoy acudía a esta cita habiendo cumplido la estrategia que se había marcado, es decir, con los cambios en el PP valenciano y con el apoyo de la Comunidad de Madrid a la candidatura de Rodrigo Rato para presidir Caja Madrid.
Las mismas fuentes aseguraron que el presidente nacional lanzaría un mensaje contundente -dirigido especialmente a los dos feudos que hasta ahora le han causado más problemas internos, como son la Comunidad Valenciana y Madrid- pero «en clave de futuro, de problemas superados y no de problemas abiertos». Rajoy trataría, entre otras cosas, del «respeto debido a la militancia del partido, del interés general y de lealtad». Y subrayará, además, que el PP va a seguir «luchando contra la corrupción», pero al mismo tiempo seguirá «denunciando las persecuciones políticas y los juicios paralelos». Pero la ausencia de Aguirre logró ensombrecer el júbilo que se había extendido con anterioridad sobre el final de los problemas internos…