MADRID, 4 (OTR/PRESS)
No entiendo al presidente Zapatero. Tampoco al ministro Rubalcaba. Y mucho menos a los parlamentarios de la oposición, sobre todo a los de los partidos de izquierda. Y por no entender, tampoco entiendo a los sindicatos, ni a todos aquellos que en el pasado salían a la calle defendiendo valores como la libertad, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos, etc.
Y no les entiendo porque me sorprende que el último informe de Amnistía Internacional parece haber caído en un saco roto. Según el informe de Amnistía Internacional, en nuestro país se dan casos de tortura y de abusos policiales. Al menos desde 2007 se han producido 75 denuncias por torturas. Me pregunto el por qué de esta falta de sensibilidad ante estas denuncias por parte del Gobierno, de la oposición, de jueces, fiscales, sindicatos, etc.
Vaya por delante que creo firmemente que los casos de tortura o malos tratos en nuestro país son excepcionales, que esa no es la manera de actuar de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad, pero precisamente por eso hay que reclamar que ante cualquier caso o sospecha se investigue hasta el final y caiga todo el peso de la ley sobre los culpables.
Al parecer, según los responsables de Amnistía Internacional, el ministerio de Pérez Rubalcaba pasa de estas denuncias, en cuanto a la actuación de jueces y fiscales y también parece que deja mucho que desear. De manera que o Amnistía Internacional está exagerando y sus datos no son correctos o simplemente nuestros poderes públicos, los representantes de las instituciones, todos, se han insensibilizado de tal manera que no tienen ni tiempo ni ganas de prestar atención a estas denuncias.
Saben, yo creo sinceramente que el presidente Zapatero es una persona que jamás ampararía la ilegalidad, la tortura, los malos tratos, ni nada que se le parezca. Por eso, me extraña su silencio ante estos casos. Me extraña que no le ordene al ministro Rubalcaba que investigue y que haga lo imposible para que si se da un solo caso, aunque sólo sea uno, haga lo imposible para que no se repita.
Amnistía acusa de «inacción» a la Justicia, lo que nos debe de preocupar aún más que la «inacción» de los políticos. Es evidente que algo no funciona, que el engranaje chirría. Eso sí, mientras la oposición parece estar de vacaciones. Pero insisto: o las acusaciones de Amnistía Internacional no son correctas o simplemente este país ha perdido la sensibilidad y a las pruebas me remito, los periódicos apenas se han hecho eco del informe de AI. ¿De verdad, a nadie le importa?