Rafael Torres – «Al margen» – Un gobierno maniático.


MADRID, 11 (OTR/PRESS)

La gripe A no es la única que ataca a los fumadores: también el gobierno. Nadie discute a éste (salvo probablemente Aznar, ese ácrata radical de derechas que no soporta las limitaciones de velocidad ni que nadie conduzca por él) la buena intención sanitaria que le anima en su recurrente y despiadada persecución a los fumadores, pero cualquiera que tenga en alguna estima la libertad debería discutir, fume o no fume, la pertinencia de cualquier clase de persecución contra ciudadanos que no han cometido delito alguno. La severísima ley que no hace mucho implantó la prohibición de fumar en los lugares públicos, norma acompañada de anexos tan absurdos como el de los desactivadores de las máquinas expendedoras que obligan a los camareros a desatender sus quehaceres cada dos por tres para buscar el artefacto y apretar el botón, pretende ahora destruir definitivamente los ardides que la realidad ha ido generando para ahormar la ley a la posibilidad humana de cumplirla. Así, la prohibición de fumar en los establecimientos de hostelería fue quedando en la prohibición, más laxa, de fumar en «algunos» bares y restaurantes o en «algunas» zonas de ellos, pero es que, dejando a un lado la utilización política que hizo Aguirre (otra ácrata como Aznar) de esas trampas para burlar la ley, no habría sido posible respetarla sin ellas, a menos que el gobierno pretenda la quiebra de las tascas, donde, como se sabe, se va principalmente a fumar.

Pero es que el gobierno pretende llegar, en su delirio, a prohibir que se fume en las bodas, ora esos puros que al padrino le cuestan un riñón y que acaban ajándose, la mayoría, en un cajón de la cómoda, ora esos pitillos rubios que, como enternecedor guiño a tiempos felizmente pasados, se ofrece a las señoras con la cajetilla abierta y oferente. ¿Qué quiere el gobierno? ¿Que las bodas sean más insufribles de lo que de suyo ya son? ¿Que el banquete hipergraso y ultraalcohólico de las bodas se convierta en una oda coral a la Salud? ¿Que la gente no se case? Me parece que el gobierno se está haciendo mayor, muy mayor, y, en consecuencia, maniático.

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