Julia Navarro – Escaño Cero – Ochenta años no es nada.


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

Menuda polvareda de comentarios está originando la designación de Alberto Oliart como presidente de RTVE. Vaya por delante que a mí me parece una buena elección. Creo sinceramente que el presidente Zapatero ha acertado eligiendo a un hombre con las cualidades de Oliart. Y es que Alberto Oliart es una persona que aúna inteligencia, talento y talante, y, sobre todo, la sabiduría que dan los años, sin olvidar su basta cultura.

De manera que en mi opinión es una persona más que adecuada para asumir está o cualquier otra responsabilidad y diré más, incluso su edad, sus esplendidos ochenta años pueden ser incluso una ventaja. A esa edad uno no tiene que quedar bien con nadie, es más libre que nunca para hacer lo que tiene que hacer sin dejarse presionar. Curiosamente lo único que se cuestiona de Oliart es su edad, sus ochenta años, como si eso fuera un gran handicap, y lo sería si le hubieran elegido para una carrera de atletismo, pero no lo es para presidir una corporación de radio y televisión. Ya digo que incluso puede ser una ventaja.

Alberto Oliart a lo que se enfrenta es al reto de hacer una buena RTVE, libre de compromisos políticos y libre también de compromisos publicitarios. Es decir, puede impulsar una televisión de calidad y, en mi opinión, una televisión de calidad no está reñida con tener unos buenos índices de audiencia.

En cuanto al cesante, Luis Fernández, es un rumor a gritos que no se llevaba bien con la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega porque no le gustaba el nuevo modelo de televisión pública impulsado por la vicepresidenta, que además le ponía coto a esos gastos faraónicos en una nueva sede para RTVE que no se necesita para nada, como también es un rumor a gritos que Fernández tiene sus propios intereses profesionales fuera de España y que ha elegido el momento que más le ha convenido para marcharse. De manera que, de «mártir», nada.

No tengo ni idea que es lo que ha llevado al presidente Zapatero a pensar en Alberto Oliart, y tampoco sé qué es lo que ha llevado al ex ministro Oliart a aceptar el envite, salvo que es un hombre intelectualmente activo y curioso, lleno de vida y, seguramente, que añora la política activa. Pero sean cuales sean las razones del presidente y de Oliart, el uno eligiendo y el otro aceptando, sí creo firmemente que el cambio es para mejor. Ahora sólo queda desear al nuevo presidente de RTVE, suerte, vista y al toro.

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