MADRID, 18 (OTR/PRESS)
Superados algunos momentos de angustia, como el tiempo de secuestro del pesquero Alakrana, la tensión y la crispación ha vuelto a alojarse en las relaciones de los dos primeros partidos del parlamento. Primero, se han manifestado esas tensiones y crispación por causa del propio caso del atunero: como ya habían anunciado, el PP ha reanudado su «ataque total» a la gestión de esta crisis, llegando a reclamar la recusación de De la Vega, Chacón y Caamaño. Pero, al mismo, tiempo, otro episodio servía al PP para reclamar la dimisión o destitución del ministro Rubalcaba, titular de Interior y una de las piezas clave del Gabinete.
La razón que alega el PP es la bronca que se produjo entre el ministro y el diputado popular Carlos Floriano. Según la versión de los hechos que da el portavoz del PP, González Pons, Rubalcaba habría amenazado al diputado «porque ve todo lo que hace y dice». Floriano quiso entender que se refería al sistema de escuchas telefónicas llamado Sitel, y Rubalcaba sostiene que «ve y oye todo lo que hace y dice» este diputado en programas de radio y televisión… Rubalcaba ha confirmado que ha mantenido una «tensa» conversación con el diputado, que se inició en el Hemiciclo, cuando el ministro contestó a sendas preguntas de los diputados del PP Ignacio Cosidó y Carlos Floriano referidas al chivatazo a un presunto miembro de ETA, al parecer desde dependencias policiales, y a la aplicación del Sistema Integral de Interceptación de Comunicaciones Electrónicas (Sitel).
Tras contestar a las dos preguntas, entre reproches mutuos, el ministro buscó a Carlos Floriano por los pasillos, lo llevó a un despacho y, según explicó después su compañero González Pons, le amenazó al decirle que sabe «todo lo que hace y dice», en referencia al sistema Sitel. Dijo Pons, a continuación, que «cuando un ministro pierde los papeles y amenaza en privado a un diputado de la oposición, no está en condiciones de seguir siendo ministro». Precisamente, el ministro habló a Floriano en presencia de González Pons, y sus palabras fueron escuchadas por otros diputados del PP, que entraron en ese momento en el despacho. También algunos periodistas presenciaron como Pérez Rubalcaba hablaba con esos parlamentarios «populares» en un tono muy elevado. El dirigente del PP añadió que «el presidente del Congreso, José Bono, tuvo que salir de su despacho para mediar en la riña y apartar a Rubalcaba»…
Fuentes próximas a Rubalcaba aseguraron que «es mentira todo lo que ha dicho» González Pons, que es falso que le haya insultado y amenazado, y que el ministro únicamente le ha dicho que no va a permitir que nadie diga que él espía. Rubalcaba compareció después ante los medios para explicar los hechos y, según su versión, a Pons y Floriano les ha dicho lo mismo en esa conversación -que ha calificado de «tensa»- que en el pleno: «O tenéis pruebas de que hay escuchas o acudís a los tribunales», a lo que le han respondido que ellos no han hecho estas afirmaciones nunca. «¿Cómo que no, si os escucho en las radios y en la televisiones?», les ha replicado Rubalcaba, quien ha añadido que saldrá «una y otra vez» para negar estas «graves acusaciones que cuestionan el estado de Derecho», cuando se pronuncien. «¿Se imaginan a un Gobierno gastándose 13 millones en un sistema que es ilegal?», ha preguntado Rubalcaba quien ha defendido el sistema de interceptación de comunicaciones Sitel como el «sustituto de la cinta de magnetofón», y para cuyo empleo es siempre necesaria una autorización judicial. «¿Se imaginan a una operadora como Telefónica interceptando una conversación ilegalmente arriesgando su licencia o a un policía arriesgando ir a la cárcel?», ha añadido.
Durante la misma sesión de control al Gobierno en el Parlamento, Rubalcaba se enzarzó con el PP en una agria discusión respecto al Sistema Integrado de Interceptación Telefónica (Sitel, que según el PP el Ejecutivo ha utilizado para espiarles) y al chivatazo a ETA del bar Faisán, algo que llevó a que saliera a relucir la cuestión de los GAL. Ignacio Cosidó respecto al chivatazo a la banda etarra aseguró, en clara referencia a los GAL, que el actual ministro de Interior «perteneció a un Gobierno que ha escrito las páginas más negras en la historia de la lucha contra el terrorismo». Por este motivo, el diputado del PP pidió a Rubalcaba que «con el caso Faisán no haga usted un nuevo borrón en una lucha de toda la sociedad que ha sido limpia y heroica contra el terrorismo». Esto llevó a Rubalcaba a afirmar que «del GAL sólo hablan en este momento en este país ustedes y ETA», una alusión que provocó que el también diputado popular Carlos Floriano, que preguntó seguidamente por el sistema de escuchas Sitel, respondiera que «del GAL hablamos todos los demócratas como una página felizmente superada de la democracia en la que ustedes nos metieron».
Seguro que habrá versiones posteriores de los hechos, que acaso cooperen a rebajar las tensiones. O todo lo contrario…