Miguel Higueras.-
Porque la compartan, la opinión difundida por una docena de periódicos catalanes no la hace más certera que la de un solo individuo.
El de opinión es un derecho individual y su ejercicio en grupo demuestra la coincidencia de quienes la suscriben, no su justeza.
Así que tanto derecho tiene la pandilla de editorialistas a decir lo que piensan como cualquier ciudadano a disentir.
El escrito coral no molesta.En lo que dicen puede que lleven razón y ojalá consigan la independencia catalana que es lo que pretenden, aunque no se atrevan a proclamarlo.
Fastidia, y mucho, que tomen por imbéciles a quienes no comparten sus aspiraciones y quieran vender el burro cojo de su preocupación por el bienestar de España.
Si por conveniencia política inmediata ocultan que quieren independizarse de España, que no envenenen la relación de vecindad futura tratando como lelos a los que todavía son sus compatriotas.
Cataluña, seguramente, conseguirá su independencia porque los que alborotan para lograrla son más diligentes que quienes no la desean. Capador es el que más chifla, no el que chifle mejor,
Pero, cuando por fin se libren de la opresión española que padecen, los catalanes seguirán teniendo a los españoles por vecinos, porque España continuará sin ellos.
La actual es la misma España que se extendía desde Finisterre a las islas Palau y sobrevivirá cuando otros territorios que ahora la integran se hayan desmembrado.
En el caso de Cataluña y las Provincias Vascongadas parece que le está costando a los españoles convencerse de que, contra pueblos que se dejan arrastrar por dirigentes independentistas audaces,la fuerza y los halagos de nada sirven.
Es a los españoles de las Vascongadas y de Cataluña a los que corresponde oponerse al ansia independentista de sus dirigentes,no a los que viven fuera de esas todavía regiones españolas.
Si no lo hacen, a su pasividad se deberá la responsabilidad y el mérito de la independencia.
Si lo que parece inevitable no se puede evitar, que consigan la independencia cuanto antes y dejen de aburrir a los demás con sus reivindicaciones plañideras.
Que la independencia les de la felicidad por la que suspiran y dejen de culpar a otros por la desgracia que padecen.
Mejor independientes de España que españoles a disgusto porque tan malo es encizañar la convivencia de una familia de la que no se quiere formar parte como obligar a que forme parte de esa familia a quiera no quiera ser parte de ella.
