Consuelo Sánchez-Vicente – De las musas al teatro.


MADRID, 2 (OTR/PRESS)

Bellas palabras de Zapatero en el Congreso, y una realidad cada vez más fea en la calle. Como dijo Rajoy, luces de neón en un solar vacío. Cada mes un nuevo segmento de ciudadanos baja un escalón más hacia más pobreza. El paro no remonta, y su cohorte de desgracias aumenta, ¡cómo no! Más de ciento cincuenta mil familias calculan las asociaciones de consumidores verán embargada su vivienda antes de que acabe este año. Son más del doble de los setenta mil embargos registrados en 2008, socialmente una cifra más de doblemente insoportable que aquella. Trabajo y casa son dos derechos elementales, primarios, el pan y un techo. En un Estado de Bienestar como el que se supone que es España, ¡qué menos! No es que no quieran pagar sino que no pueden hacerlo, unos porque han perdido el trabajo, otros por la sequía del crédito a las familias y a las PYMES (que sigue, y sigue y sigue. Y sigue). Los más, por los abusos de los bancos.

Librarse de la deuda ya que pierdes el piso es casi misión imposible para los nuevos hipotecados. Según han explicado las principales asociaciones de usuarios de banca en el Foro Hipotecario que acaba de terminar en Zaragoza, su intento de que la banca aplique el sistema de «dación en pago» -entregar el piso al banco a cambio de cancelar toda la hipoteca- ha fracasado. «Las entidades han seguido abusando con tasaciones inferiores a las del momento de la compra, de forma que el consumidor pierde la casa y se queda con parte de la deuda», denuncia el presidente de Adicae. Con el agravante de que, en su desesperación, muchas de estas familias se aprietan aun más la soga al cuello echándose en brazos de los usureros con la esperanza de que cambie su suerte.

Contratos leoninos, cláusulas abusivas como las «cláusulas suelo», que impiden que baje la hipoteca hasta donde baja el euribor. Poner coto al abuso, controlar a las reunificadoras de deudas, y aprobar de una vez la Ley de Sobreendeudamiento Familiar, que en nuestro país alcanza el 140 por ciento de la renta familiar media, es lo que proponen estas asociaciones para frenar los embargos. Habría que ser fuerte con el fuerte, eso si; para variar, no como siempre con el débil. Pero, ¿han oído ustedes al Gobierno anunciar que le van a apretar las clavijas a los bancos o a algún gobierno autonómico exigírselo, tal vez que van a hacer un plan de ayudas como el de los coches o las lavadoras para que tras el embargo no llegue el desahucio de estas ciento cincuenta mil familias y la ruina de sus avalistas; han oído, no hablar, chistar a los sindicatos, representantes según dicen de los trabajadores? Yo tampoco. El presidente Zapatero anda, como sabemos, jugando a la economía sostenible; CCOO y UGT a restaurar la costumbre franquista (sí, de la «oprobiosa») del «ministerio de los sindicatos».

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