Francisco Muro de Iscar – Ateos cristianos.


MADRID, 3 (OTR/PRESS)

Vuelve la polémica de los crucifijos en los centros escolares. Ojo, ahora en todos, públicos o concertados cargándose de un plumazo su ideario, amparado en la Constitución. Y vuelve para tapar cuestiones que quien debe no sabe solucionar. Con los problemas que tiene España, ERC, con el apoyo del PSOE, encantado de poderlo avalar, sostiene que la permanencia de los crucifijos en las escuelas o en otros lugares públicos es una ofensa para el mundo mundial. El Parlamento insta al Gobierno a retirar los crucifijos y se olvida del desempleo, la crisis económica, los recortes en los presupuestos de I+D+i, el aumento de efectivos para Afganistán y otras decenas de temas.

Quienes han criticado, y con razón, el referéndum en el que los ciudadanos suizos han aprobado que no haya minaretes en las mezquitas de ese país, quieren imponer, sin consulta pública, la retirada de un símbolo sin duda religioso, pero sobre todo la raíz cultura y social de España y de Europa. Sin la Iglesia Católica no es posible entender Europa. Los ateos españoles, en su inmensa mayoría, tienen una formación y unas raíces absolutamente católicas, cristianas. Los fundamentalismos no están sólo en el Islam o entre los ultras; también en muchos ateos cristianos que quieren detentar el monopolio de la moral pública.

¿A quién ofende el crucifijo que es un símbolo de amor, de paz, de esperanza, de solidaridad? Hace cien años también se estaba en el Parlamento en esta discusión que se reveló ineficaz. Parece claro que esta etapa de gobierno busca encerrar la práctica religiosa en las iglesias. Privatizar la vida religiosa por quienes son partidarios de no privatizar casi nada. Pero, ¿qué hacemos con la Semana Santa y las procesiones? Siguiendo la doctrina que apoya el Gobierno habría que prohibirlas. ¿Prohibirán los belenes no sólo en los centros escolares sino en todos los lugares públicos? ¿Consideraremos los funerales públicos un ataque a la libertad religiosa? ¿La Navidad no es una exaltación de la religión católica? ¿La convertimos en una celebración civil? ¿Podremos llevar una cruz al cuello y que se vea o será una provocación? ¿Cerraremos los museos o, al menos, quitaremos de ellos todos los cuadros que reflejan el hecho religioso? ¡Ojo, porque muchos se pueden quedar en nada*

Podríamos luchar por una sociedad que fuera capaz de convivir y respetar los derechos de todos, las creencias de todos, la fe de cada uno y hasta la increencia de cualquiera. Pero seguimos persiguiendo símbolos, no todos, hablando de alianza de civilizaciones, y agraviando innecesariamente a una parte importante de la ciudadanía. Es sólo un ejercicio cínico e hipócrita y una maniobra de distracción El objetivo no es el crucifijo sino acabar con un código de valores. Y hasta eso sería legítimo si se ofrecieran otros complementarios, dignos, que mejoraran los anteriores. Ya saben que los peores son siempre los conversos. También los ateos conversos. Que la Iglesia no pueda opinar para que ellos digan lo que debemos hacer. Como sigan así en el Parlamento, ya verán lo que acaba votando la gente.

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