MADRID, 7 (OTR/PRESS)
¿Se pusieron de acuerdo los presidentes autonómicos del PP para no acudir al acto central del 31 cumpleaños de la Constitución, en el Congreso de los diputados? Así puede deducirse de esas ausencias, en una ocasión en la que, por el contrario, acudían los presidentes de las autonomías de Cataluña y Euskadi. Por lo demás, había pleno acuerdo: el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, reafirmaban los valores que encarna la Constitución en su aniversario. También Patxi López -primer lehendakari que acudía a un acto de este tipo- ha elogiado el valor de los principios que recoge la Carta Magna.
A su llegada al acto central del aniversario, en el Congreso de los Diputados con la presencia de los miembros del Gobierno, representantes de las instituciones del Estado y de la sociedad civil, Zapatero afirmaba que la Constitución ha sido y es «muy útil» y aunque pueda ser «mejorable», quiso dejar claro que no hay perspectivas de modificación a corto plazo. Según afirmó Zapatero, en estos 31 años, España ha alcanzado la madurez, ha contado con paz, libertad y progreso, y ha vivido uno de los mejores periodos de su historia. «Hoy es un día para sentirnos satisfechos por estas tres décadas y con confianza en nuestras posibilidades para el futuro», señaló. Su conclusión es que «la Constitución ha sido muy útil, es muy útil», y demuestra que funciona porque ha permitido funcionar a España con alternancia en el Gobierno y reconocimiento de la diversidad y el autogobierno. No obstante, Zapatero reconoció que, como todo, la Constitución es «mejorable», pero quiso dejar claro que «no hay en el horizonte inmediato una propuesta, una alternativa de reformar el texto». «No hay urgencia», zanjó. El jefe del Gobierno también se felicitó por la presencia en el acto del lehendakari, por primera vez en estas tres décadas: «Sin duda es una buena noticia», dijo.
Por su parte, Mariano Rajoy reafirmó la «vigencia» de la Carta Magna. A su juicio, el texto ha sido «válido para España» en estos 31 años, que han sido «los mejores de nuestra historia» por la entrada en la Unión Europea y por el «gran cambio hacia adelante» vivido en un clima de «paz y progreso». Rajoy señaló que la solución a cualquier problema que pueda plantearse en el país «está en la Constitución y en la ley». Sin embargo, recordó que la Constitución «ya ha sido objeto de alguna reforma», por lo que podrían introducirse más cambios. «En esta vida nada es inmodificable», sentenció. Para ello, subrayó, hay que «tener las ideas muy claras sobre lo que quiere modificarse, tener un amplio consenso, buscar el momento y siempre intentando mejorar la eficacia de las instituciones del Estado». Asimismo, Rajoy calificó de «excelente noticia» la presencia en los actos de celebración de la Constitución del lehendakari del País Vasco. Afirmó que su asistencia es una «muestra más de normalidad» en democracia y supone un acto de «sensatez y sentido común, además de que «es lo que quiere la mayoría» de los ciudadanos.
A su llegada al acto, el lehendakari Patxi López afirmó que hay que «poner en valor» y prestigiar la Constitución, y que por ello ha acudido a los actos institucionales de celebración. «Es una norma que define las relaciones de todos los ciudadanos de este país, de ella nace el Estatuto de Guernika y permite todo lo que tenemos», afirmó el lehendakari. Preguntado sobre si vería conveniente que se emprendiera una reforma de la Constitución, Patxi López dijo que «no hay ningún texto cerrado» y que «todo tiene que adaptarse a la realidad». No obstante, ha puntualizado que «cualquier viaje debe hacerse hacia adelante y con consenso».
En el acto central del acto en el Congreso, el presidente de las Cortes generales y del Congreso, José Bono, pronunció un discurso en el que advirtió de que la Constitución «no es infinitamente flexible» porque «tiene límites», y explicó que, como ocurre con los deportes, establece los límites del campo del juego, el cual «para ser limpio, exige respeto al árbitro y sometimiento a las reglas». «Y no hay regla ni ley que valga si está en contra de la norma suprema», subrayó. En este punto, Bono recordó unas palabras pronunciadas por el presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA en 1996, Francisco Tomás y Valiente, quien afirmó que «el todo siempre por encima de la parte», en referencia a la unidad de España y a las ideas separatistas de alguna autonomías. «En aquel tiempo entendimos que no ha nacido ni se espera al español que valga más que otro», añadió Bono, recordando el espíritu de igualdad que en 1978 quedó plasmado en la Carta Magna.
Por su parte, el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, también participante en el acto, aseguró que, cuando alude a la situación de interinidad en la que están parte de los magistrados del Tribunal Constitucional que tienen que pronunciarse sobre el Estatuto catalán, lo que hace es «defender» al Alto Tribunal, y que, en su opinión, eso es exactamente lo mismo que reclamó el presidente del Congreso cuando pidió «respeto» para «el árbitro» de la Constitución. José Montilla ensalzó la Constitución de 1978 como «un excelente instrumento para cohesionar, unir y respetar la diversidad de los pueblos españoles», y aseguró que él sí defiende al Tribunal Constitucional, y no «otros que bloquean su renovación», en referencia al Partido Popular, que a su juicio sólo respeta «las reglas del juego» cuando le conviene.
Al acto institucional del Congreso asistieron las principales autoridades institucionales y los representantes de las principales fuerzas políticas, salvo los nacionalistas del PNV, BNG y Na-Bai y los republicanos de ERC. Pero la nota más destacable fue que, sorprendentemente, no asistió ningún presidente autonómico del PP. Antes del acto en el Congreso, los presidentes del Congreso, José Bono, y del Senado, Javier Rojo. presidieron el acto solemne de izado de la bandera nacional, en los Jardines del Descubrimiento en la plaza de Colón de Madrid. La bandera, que se izó por un mástil de acero de cincuenta metros de altura, mide casi 300 metros cuadrados y pesa veinticinco kilos.
