MADRID, 23 (OTR/PRESS)
Punto uno, miles de empresas están cerrando con la crisis por no poder continuar su actividad, no solo Air Comet, y además, punto dos, respeto absoluto a quien quieran poner al frente de la CEOE los empresarios, faltaría más; oímos a dúo. Caramba, caramba. El gobierno y el PP, que no se ponen de acuerdo ni para ir a heredar, han incurrido en la curiosa coincidencia de argumentar los dos lo mismo tras el cierre de esa aerolínea de la que es copropietario el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán: que no hay por que estigmatizarle forzándole a renunciar al cargo representativo que ostenta solo porque como a tantos empresarios sus negocios le estén yendo mal
Yo creo lo contrarío, con perdón, que ya tendía que haberse ido a su casa, por prudencia, sin que ello suponga estigma alguno. La crisis está siendo, es verdad, atroz para los empresarios españoles, muchos de los cuales no han podido resistir sus embates como este señor mientras otros muchos están a punto de tener que tirar la toalla tras agotar sus cajas de resistencia. La cuchilla del cerrojazo de los créditos es como la guillotina, cada vez hay más cabezas (perdón, empresas) en el cesto. Pero me gustaría señalar dos o tres pequeñas diferencias, si me lo permiten, entre las responsabilidades exigibles a Díaz Ferrán por la quiebra de Air Comet y otras quiebras, la primera obvia, no hay muchos empresarios «quebrados» que como él ostenten el más alto cargo representativo de su sector, la principal, que la de Air Comet era una quiebra cantada por la loca huída hacia delante de sus gestores
Por imprudencia, por gestión temeraria, Díaz Ferrán ha dejado en tierra a no se sabe cuantos miles de pasajeros – solo en Navidades se habla de 7000 – y a las puertas del paro a toda su plantilla, casi 700 trabajadores directos. No tengo ni idea de que a obedece este acuerdo entre el PSOE y el PP para ampararle, sospecho que al típico cuadro de intereses sindicados entre los muy poderosos. Pero raro, muy raro, si que parece. Yo a Díaz Ferrán le deseo mucha suerte. Pero que dos partidos como el PSOE y el PP, incapaces de ponerse de acuerdo por ejemplo sobre el paro, sobre cómo combatir la ruina de cuatro millones de familia, coincidan en la defensa del líder «quebrado» de la patronal, además de raro no se si es presentable.
