Fermín Bocos – Poco consumo, menos alegría


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

El año cierra a cuestas con el peso de la crisis y se nota en todo y en todas partes. En los grandes almacenes, en los bares, los restaurantes. Hasta en la lotería. Habrá que esperar a la Nochevieja para comprobar si la tendencia observada en los días previos a la Nochebuena se confirma pero, a juzgar por los datos de las últimas semanas, el consumo ha descendido de manera muy llamativa. Una sociedad como la española volcada hacia formas muy arraigadas de consumo – regalos familiares en Navidad, cenas y comidas de empresa, escapadas de puente o mini vacaciones de fin de año- de pronto, ha echado el freno. La recesión, el paro y ,sobre todo, la precariedad en las expectativas de mejora, ha instalado entre nosotros un estado de ánimo pesimista. Precavido ante los efectos de una crisis para la que, más allá del registro profético, no hay indicios fiables que permitan avanzar una fecha creíble de cara a la recuperación.

Los «brotes verdes» ,aquella poética metáfora con la que la señora Elena Salgado intentó salir airosa de sus primer debate parlamentario como vicepresidenta quedó atrás, pero la rama sigue seca. Seca y quebradiza porque en un solo año ciento cuarenta mil empresas han tenido que echar el cierre y cerca de un millón de trabajadores han perdido el empleo. Y ya son cuatro millones los parados. Y, a la hora de hablar de crédito -la transfusión vital que necesitan las empresas- resulta que los bancos ni fían ni se fían y los gestores políticos metidos en el laberinto partidista ni aciertan con la receta para acabar con la crisis ni quieren compartir con la oposición posibles soluciones así que el año concluye con más pesimismo que otra cosa. No me extraña que haya bajado el consumo y entristece pensar que a la vista de cómo está el panorama estemos perdiendo la alegría.

FERMIN BOCOS

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