José Cavero – Los llamamientos del Rey


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

La defensa de las instituciones y de su independencia, la exigencia de honradez como regla inexcusable de conducta, «el más amplio entendimiento y solidaridad» entre los españoles y entre todas las Comunidades Autónomas, la unidad de la sociedad, de los políticos y los agentes sociales, «la superación de tensiones y divisiones», el recuerdo del desempleo, como la principal preocupación de las familias españolas, que afecta «a varios millones de personas, angustiadas no sólo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales», y la necesidad de volver a crecer como el reto más apremiante para poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen, fueron algunos de los puntos del Rey en su discurso de Nochebuena, transmitido este año, por primera vez, también por la televisión autonómica vasca.

Posiblemente haya sido uno de los discursos de más sólido contenido, pronunciado como es habitual en la Sala de Audiencias del palacio de la Zarzuela, aunque en esta ocasión se ha situado de espaldas a las puertas que dan al jardín en vez de a una pared con un tapiz. Los elementos ornamentales han sido los habituales: el belén, el abeto navideño y la bandera de España. Se ha añadido la bandera europea al estar en vísperas de que España asuma la presidencia de la Unión Europea.

Es fácil observar que la controversia política del último año en torno a decisiones judiciales y al Tribunal Constitucional subyace en el discurso del Monarca, al invocar a la Constitución como garante de un amplio abanico de derechos y libertades. «La Constitución fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial, y nos dota de instituciones que son claves para la estabilidad y convivencia democráticas». Y continúa: «Unas instituciones independientes para el mejor y más justo ejercicio de sus responsabilidades, por lo que todos debemos preservar esa independencia en aras de la confianza que los ciudadanos tienen depositada en ellas».

El Rey también solicitó, en este tradicional discurso de Nochebuena, la unión de todos «para superar tensiones y divisiones sobre la base de los principios que inspiraron la Constitución», para «reforzar la cohesión interna y la proyección exterior de España» y «para que la economía vuelva a crecer y a crear empleo cuanto antes». Entendimiento y solidaridad, dijo en otro momento, son las palancas que necesita España en estos momentos de grave dificultad para los que el Monarca pide «liderazgo responsable» a los políticos, al Gobierno, a empresarios y sindicatos. El Rey también pidió coordinación en torno al papel internacional de España. El Monarca tuvo un recuerdo especial para los tres compatriotas secuestrados en Mauritania y elogió a quienes trabajan por la imagen de España en el exterior.

Es fácil apreciar alguna crítica del Jefe del Estado a las estériles diferencias entre los políticos. Por ejemplo, cuando señaló que los tiempos actuales reclaman «tesón y fortaleza» y para ellas se requiere «el más amplio entendimiento y solidaridad entre todos los españoles y entre todas las comunidades autónomas», una llamada que se produce una semana después de que fracasara la Conferencia de Presidentes. «No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos», añadió, e hizo una petición concreta, a continuación: «Hemos sido capaces de resolver grandes problemas con voluntad de acuerdo y el liderazgo responsable de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales».

También tuvo un recuerdo para las víctimas del terrorismo. El Rey constata los avances en la lucha contra el terrorismo. «Una lucha que se extiende al terrorismo internacional, que tan inmenso dolor ya han causado, y que ha secuestrado de forma intolerable a varios compatriotas -volcados en nuestra cooperación al desarrollo-, cuya libertad exigimos», reclamó don Juan Carlos. El reconocimiento a los miembros de las Fuerzas Armadas «que arriesgan su vida en misiones internacionales, incluida la vigilancia frente a las acciones delictivas tan inaceptables como la piratería marítima», estuvieron también presentes en el discurso, así como la petición de consenso entre Gobierno y oposición y la coordinación del papel internacional de España. El discurso empezó y terminó con llamamientos «a la fraternidad frente a las desavenencias» para moldear juntos el futuro, «aplicando mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar como de ejercer la oposición», destacando la necesidad de que todos los españoles sirvan «al interés general», para lo que, según advierte, hace falta actuar con generosidad «y aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco del respeto a la Constitución».

JOSE CAVERO

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