Fernando Jáuregui – No te va a gustar – Los avisos de Rubalcaba.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

Que el ministro del Interior alerte a la población acerca de los riesgos de un atentado grave por parte de la banda terrorista ETA me parece, contrariando otras opiniones, incluso lógico. Es un aviso a navegantes, aunque no sepamos precisar muy bien a qué navegantes vaya dirigido. Lo que no me parece tan lógico es difundir, como ciertos medios han hecho, la sospecha de que el señor Pérez Rubalcaba nos avisa ahora del peligro de una acción de los etarras para copar titulares y evitar, así, que se destaquen otras noticias «negativas», como el seguimiento del «caso Faisán», tan embarazoso para el Gobierno.

Reclamo, desde luego, que se investigue a fondo y se exijan todas las explicaciones acerca del «asunto Faisán». ¿Fue verdad que desde la policía se dio un «chivatazo» a un colaborador de ETA, el propietario del «Bar Faisán», advirtiéndole de que iban a detenerlo? Tema grave, del que Rubalcaba tendrá que ir a responder al Parlamento. Pero no veo qué interés tendría el ministro en abrir un socavón, el de la alerta ciudadana ante un atentado terrorista, para tapar un agujero, el abierto por la investigación del juez Marlaska en el «caso Faisán». Una cosa es una cosa y otra, otra y hay que mantenerlas equidistantes incluso a la hora de la crítica política.

La maquinaria puesta en marcha, muy legítimamente, por la oposición en torno al «caso Faisán» no va a detenerse porque el responsable del orden público lance o deje de lanzar un aviso que, la verdad, suena algo apocalíptico, aunque supongo que el ministro tendrá sus razones para airearlo. Y me parece peligroso que se fomenten dudas sobre las intenciones nada menos que del máximo responsable de la seguridad de los ciudadanos cuando éste les avisa de que esa seguridad podría correr peligro. Si perdemos la fe en nuestras fuerzas de policía y en sus dirigentes políticos, entonces ¿qué nos quedará? Lo malo es que parece haber demasiados sectores interesados en cooperar a esa pérdida de confianza, incluyendo algunos directamente relacionados con los propios cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.

Yo sí me creo las advertencias de Rubalcaba, y me resisto a pensar siquiera que puedan formar parte de una estratagema de baja estatura política. Debo decir, en apoyo de mi afirmación (que alguno podrá juzgar excesivamente crédula), que desde hace al menos dos semanas se sabía que nos hallábamos en estado de máxima alerta policial, lo que parece lógico ante la inminente asunción por España de la presidencia de la UE y sabiendo cómo se las gasta ETA ante tales efemérides. Y también he de recordar que el ministro del Interior ya nos avisaba, el pasado mes de julio, de la posibilidad de un atentado inminente de la banda: a los pocos días se producía la voladura de una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos y, casi inmediatamente, el asesinato de dos miembros de la Benemérita en Palmanova.

Así que yo, por si acaso, prefiero dejarme de teorías conspiratorias y tomar muy en serio el aviso de Rubalcaba, a quien tengo por persona muy consciente del cargo que desempeña. Probablemente, Rubalcaba sea uno de los mejores ministros de un Gobierno, es la verdad, bastante mediocre: ¿a quién le interesa desgastar en maniobras políticas, precisamente ahora, al ministro del Interior?

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