MADRID, 03 (OTR/PRESS)
No entiendo a los pesimistas. En serio. No es de recibo hacer negros pronósticos, augurando un año difícil, con más paro y menos empleo, con subidas de impuestos, más déficit, una deuda pública creciente que tardaremos una década en pagar… Zapatero tiene razón. Este es el año de la recuperación económica. Ya lo dijo el año pasado y si es preciso lo dirá el que viene. Algún año tiene que ser.
Vayamos por partes. En la política, indudablemente va a ser mejor. Rajoy está tranquilo porque cree que La Moncloa está más cerca. Zapatero espera que la presidencia europea -esa confluencia astral única que dijo Leire Pajín- y la suerte le deparen un año mejor que el que acaba de terminar. Si Europa se recupera, España lo notará. Dicen que este año, seguro, habrá sentencia del Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña y que, luego, cansados por el esfuerzo realizado, los actuales miembros del TC podrán irse a su casa y se hará una renovación que debía haberse producido hace años. Incluso aseguran que el fallo dirá que no hay más nación que la española. El Tribunal Supremo ha dicho que no hay razones para dar subvenciones a los etarras, como venía haciendo el anterior Gobierno vasco, -aunque no dice que tengan que devolverlas- y el actual, el de Patxi López cuida a las asociaciones de víctimas de los terroristas, que es hacer justicia. Núñez Feijóo en Galicia presenta un proyecto para que se estudie en castellano, gallego e inglés y preguntará a los padres de los alumnos cómo quieren que sus hijos reciban la enseñanza. Y eso, claro, no les gusta a los nacionalistas. Hay menos víctimas que nunca en la carretera y mueren menos mujeres víctimas de la violencia de sus parejas, aunque no sea oro todo lo que nos venden.
En la economía, el Gobierno tiene unos sindicatos amordazados y bien retribuidos y una patronal con un grave tumor en la cabeza. El Gobierno no va a cumplir casi ninguno de sus objetivos -crecimiento del salario mínimo, de las pensiones, investigación, empleo, cambio de modelo productivo, confianza empresarial, inversiones extranjeras en España, etc.-, pero nos venderá cada día que el fin de la crisis está ya más cerca. Lo dirá tantas veces como sea posible. Y tendrá razón, algún día se acabará. Pero Rajoy dirá que esa es su oportunidad, así que no es malo, salvo para los que pagan la crisis y esos sólo votan cada cuatro años.
Y, además, el Barça ya lo ha ganado todo el año pasado y el Madrid sueña con ganar la décima en el Bernabeu. Podemos ganar el Mundial de Sudáfrica con «la roja» y el de baloncesto en Turquía, con o sin el gran Gasol. Alonso puede acabar de rematar a Schumacher y derrotar a Button y a Hamilton. Y tenemos a Nadal, a Contador, a Carlos Sainz a Sergio García… Seamos optimistas. Nos quedan doce meses. No hundan España esta semana con su pesimismo. Den tiempo al tiempo. Ya se encargarán otros. Disfruten lo que puedan. Si apenas ha empezado el año…
