Julia Navarro – Escaño Cero – De la política a la propaganda.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

La política es cada vez más propaganda y menos política, o acaso en la sociedad mediática en que vivimos los «gurus» de la política han logrado fundir ambas cosas de tal manera que resultan indisolubles. Quizá por eso el riesgo en este semestre en que a España le toca presidir la Unión Europea es que nuestro Gobierno, con tantos frentes abiertos, ponga más el acento en la propaganda que en hacer política efectiva.

Resulta muy lúcido salir en los informativos televisivos paseando con tal o cualquier líder europeo, o lanzando propuestas de esas que tanto le gustan a nuestro presidente. Detecto también cierto paletismo en la manera en que estamos asumiendo la presidencia europea, como si el hecho fuera algo extraordinario y no parte de la rutina en el funcionamiento de la Unión.

No es que no sea imprescindible emplearse a fondo para que la presidencia española deje su propia huella y algunos de los problemas de la UE se solventen, pero eso se hace con el trabajo diario. Ya digo que la propaganda es parte de la política, y en estos momentos en que el Gobierno Zapatero está agobiado por la pérdida de favor popular comienza a comportarse como suelen hacer los gobiernos en estas circunstancias: haciendo más propaganda que política.

Los gobiernos creen que saliendo mucho en los informativos de televisión con gesto solemne y junto a otros mandatarios europeos los ciudadanos vamos a quedarnos embobados olvidándonos de los problemas reales que cada uno arrastramos. No seré yo quien peque de pesimista, pero la realidad es que los famosos brotes verdes aún no se han dejado ver en nuestra economía, y alrededor sólo hay paro y más amenaza de paro, mientras los bancos nos anuncian ganancias, y las grandes empresas, y las no tan grandes, han aprovechado la crisis para descartar personal.

Aún así estoy entre quienes creen que la presidencia española de la UE es una oportunidad de hacer política con letras mayúsculas y buscar junto a los amigos europeos fórmulas para intentar acortar la crisis o al menos paliar con más eficacia sus efectos perniciosos sobre tantas y tantas familias. Pero eso sólo será posible si se sacrifica la propaganda a la política. Es decir si se vence la tentación de hacer política de ocurrencias para salir en los telediarios.

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