MADRID, 7 (OTR/PRESS)
Los líderes políticos catalanes particularmente, y los políticos en términos más amplios, están especialmente nerviosos e impacientes ante la sentencia que el Tribunal Constitucional debiera hacer pública próximamente sobre el Estatuto catalán, tras la larguísima espera de más de tres años. Se cree que ya no debe faltar mucho tiempo más, e incuso cuentan que la reunión de los diez magistrados del TC prevista para el próximo día 11 podría ser el momento culminante de ese larguísimo plazo que los magistrados han necesitado para deliberar y elaborar una sentencia, se supone, extraordinariamente delicada.
En ese interminable plazo de deliberaciones del TC, los políticos han tenido oportunidad para expresar sus temores e incertidumbres, mientras el propio Estatut era aplicado y desarrollado en leyes complementarias. Incluso, mientras ese mismo y discutido texto era copiado por otros estatutos también ya reformados y vigentes. Pero el recurso pr4sentado por el PP y otras instancias, como el Defensor del Pueblo, están forzando a que los magistrados se definan sobre la constitucionalidad del texto.
Pues bien, el presidente Montilla se ha visto forzado a intervenir, una y otra vez, sobre una sentencia que se resiste a nacer, sin duda como demostración bien apreciable de la dificultad de poner de acuerdo a los diez magistrados sentenciadores. Montilla acaba de apelar a la sociedad civil `para que le dé apoyo, dirigiéndose a 200 entidades, asociaciones y clubes deportivos, para pedir una respuesta común ante la sentencia, se supone, a punto de nacer…
Pide Montilla una respuesta clara y unitaria. Interpretan medios políticos que Montilla requiere a entidades e instituciones la unidad que no logra entre os partidos,y que pretende dar una respuesta ante un posible recorte del Estatut, mientras agradece los apoyos al editorial conjunto de doce diarios catalanes…, como si él mismo hubiera sido su autor, -autor material o autor intelectual… Pues bien, Montilla pide unidad a las instituciones «sociales» o de «la sociedad civil», para responder al fallo del TC, en una respuesta clara y unitaria, argumentando que «la unidad nos hará fuertes».
De nuevo, la sombra del victimismo que a menudo han empleado los dirigentes políticos catalanes, desde Jordi Pujol a nuestros días. No cabe olvidar, por lo demás, que, junto con la inminencia de la sentencia, tienen por delante los catalanes sus elecciones autonómicas, posiblemente el próximo otoño, y que confían en que para entonces está ya resuelto el «asunto Estatut» y las reacciones que son duda podría suscitar, por más que desde el PSOE se recuerde, una y otra vez, que fueron los populares los que condujeron el Estatut a su actual e interminable prueba, el Tribunal Constitucional. A partir de ese dato, José Blanco reclama que Convergencia i Unió se declare dispuesta a pactar con el PP, causante de un eventual recorte de competencias.
José Blanco, a menudo muy atento al calendario político en el que se mueve su partido, el PSOE, viene a reclamar que no debiera olvidarse que si el Estatut sifre algún recorte por parte del TC, es porque un partido político, el PP, lo boicoteó e impugnó. «Impugnó ante el TC lo mismo que ellos mismos, el PP, votaron en relación a otros estatutos», indica el número dos del Partido Socialista. Naturalmente, el PP ha reaccionado ante la nueva intervención de Montilla y le exige respeto y serenidad. La máxima figura del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, aprovecha para decir que Montilla sólo habla del Estatut y no se ocupa del paro…
