José Cavero – La presidencia europea


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

Una periodista preguntó en los estrenos de la presidencia europea de España si Zapatero se siente con la autoridad moral suficiente para presidir la Unión teniendo en cuenta los últimos datos publicados por la oficina Eurostat, según los cuales, junto a Letonia, el nuestro es el país con más paro de la Unión y el que parece que va a tardar más en salir de la recesión. A Zapatero, la pregunta le pareció insólita, viniendo sobre todo de una periodista española. Quizá si hablara con la BBC, o con «The Economist», -que ayer se volvía a sumar a los ataques y proclamaba que Europa se burla de sus consejos-, el Presidente se hubiera mostrado más amable, porque éstos, al fin y al cabo, son británicos, y arremeten a diario con la mala situación económica española, y pretenden entender que no habrá buena presidencia mientras dure la crisis económica española. Que es, precisamente, lo que Zapatero se va a esforzar en desmentir en este medio año que tiene por delante. Muy al contrario, Zapatero ve este semestre como su gran oportunidad para demostrar unas dotes y capacidades que incluso muchos de sus propios compatriotas -basta comprobar las voces de la oposición, de muchos medios informativos hostiles por principio y a ultranza-, tampoco admiten ni están dispuestos a reconocer. De manera que pudo advertirse una cierta irritación en la actitud del jefe del Gobierno, cuando afirmó de manera rotunda que es absolutamente insólito que se cuestionen los treinta años acumulados de «milagro económico español».

Por todo lo cual, bien puede garantizarse que, aunque su presidencia haya arrancado «a la defensiva», y con unos cuantos datos muy desfavorables -recesión y número de parados, esencialmente-, y con una tercera situación y condición desfavorable, la de compartir la presidencia con Van Rompuy, Zapatero se está esforzando, y lo hará durante estos seis meses, para que esta presidencia no sólo no pase inadvertida, sino que llegue a ser considerada modélica y útil. Desde luego, la agenda de tareas es importante, y las prioridades han quedado establecidas, de modo que resultará fácil comprobar si se cumplen en su totalidad o sólo en una mínima proporción: Servicio europeo de acción exterior, iniciativa legislativa popular, más parlamentarios europeos, plan de acción de justicia electrónica, creación de una fiscalía europea, política común de seguridad y defensa, regulación y supervisión financiera, gestión conjunta de la crisis, coordinación de políticas de crecimiento, lucha contra la evasión fiscal, comité de cooperación antiterrorista, mejor inserción laboral de los jóvenes. Desde luego, una relación impresionante de tareas para que la Europa Unida avance. Siempre que exista voluntad de hacerlo en 27 estados soberanos.

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