Antonio Casado – Rubalcaba, el chivato.


MADRID, 11 (OTR/PRESS)

No me extraña que los etarras vean al ministro del Interior como un chivato. Para desgracia de la banda terrorista, Pérez Rubalcaba se dedica a alertar a la sociedad española de las malas intenciones de sus comandos. La última vez que lo hizo, denunciando la posibilidad de un atentado inminente, sembró la confusión en las filas de ETA hasta el punto de hacerle cometer errores como los que han propiciado la reciente detención de cuatro de sus elementos más peligrosos.

Ahora se reconoce que el polémico chivatazo de Rubalcaba, en vísperas de las fechas navideñas, le ha hecho daño a ETA, cuyos documentos internos ya venían lamentando que el mensaje central del ministro, «votos» o «bombas», ha calado en el movimiento abertzale en general y en las filas de la banda terrorista en particular. Concretamente, en uno de los informes de circulación interna, interceptado hace un mes por la policía francesa, se dice que este ministro ha sabido explotar políticamente las contradicciones en el seno de ETA y reducir al máximo su capacidad desestabilizadora.

La última maniobra de Rubalcaba consistió en solemnizar la advertencia de que ETA podía estar preparando un atentado «llamativo». Al denunciar las criminales intenciones de la banda en un atentado inminente, más que un aviso fue un chivatazo. Sin embargo, el ministro fue inicialmente criticado por los sindicatos policiales y el sector mediático más próximo a las tesis del principal partido de la oposición.

Se dijo entonces que esa forma de alertar a la opinión pública sobre una eventual salvajada de ETA, en coincidencia con las Navidades y el comienzo de nuestra presidencia rotatoria de la UE, era inoportuna. Por crear alarma social y hacerle el caldo gordo a ETA, amén de estar más inspirada por la política que por la seguridad. Ahora se reconoce que el chivatazo tenía sentido en el doble objetivo que perseguía: impedir que se baje la guardia en el conjunto de la sociedad y sembrar la confusión en las filas de ETA. El segundo parece haber sido el más efectivo.

Las cuatro detenciones del pasado fin de semana, incluida la incautación de una furgoneta con explosivos, responden a una meticulosa y paciente tarea de seguimiento policial planificado sobre el trabajo previo de los servicios de información. Con un guión político, naturalmente, diseñado por el ministro Rubalcaba, al que los terroristas siguen viendo como el gran chivato de sus siniestros movimientos: «Ya sabemos en lo que ETA está, pero ETA también sabe en lo que estamos nosotros», dijo en rueda de Prensa al dar cuenta de las cuatro detenciones. Como declaración de principios de la política antiterrorista, es difícil de mejorar. Dosis de recuerdo a inocular en las filas de ETA: «Cuando vayan a un zulo se encontrarán con las Fuerzas de Seguridad y cuando vayan por carretera, también les estarán esperando. Así hasta que esto se acabe», dice el chivato.

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