MADRID, 15 (OTR/PRESS)
Condenados a verse las caras de por vida, así vivirán Rocío Carrasco y Antonio David Flores, al igual que tantas y tantas parejas que cuando deciden seguir caminos por separado siempre les quedan los hijos que nacieron fruto de su relación.
Esta semana se celebraba el juicio en el que la hija de «la más grande» y su ex tenían que acudir a declarar. Rocío le reclama al ex guardia civil la pensión alimenticia de los últimos cinco años, fue en 2004 cuando la pareja llegó al acuerdo de la custodia compartida de sus dos hijos: Rocío de trece años y David de once. Así, los pequeños pasarían quince días con su madre y quince días con su padre. El juez dictaminó que el padre debía de abonar la cantidad de 559 euros al mes para ayudar a la manutención de los dos niños, pero no lo hizo. Antonio David reconoce su falta y así lo manifestó en el juicio. Se le atribuye el delito de «abandono de familia», pero él también quiere dar razones del «por qué»: «Yo no he tenido abandono de mis hijos, ellos han tenido cubiertas todas sus necesidades». En este sentido creo a Antonio David, durante un tiempo trabajamos juntos como colaboradores en el programa «A Tu Lado» de Tele 5 y en varias ocasiones que le pregunté por su hijos puedo dar fe que se le iluminaban los ojos, ese brillo no se puede fingir, es sincero. Pero esto no quita para reconocer que no ha actuado correctamente en sus obligaciones económicas.
La pareja, que aún tiene que resolver algunos asuntos referentes a los bienes gananciales, disolvió en aquella época la sociedad «Rochipin S.L», de la que ambos eran titulares. La liquidación se valoró en 60.000 euros por lo que 30.000 eran de Rocío y los otros 30.000 de Antonio David. Con las mismas, el televisivo pensó en ceder su parte de antemano y como anticipo a la pensión de sus hijos. Este parece ser que fue el acuerdo al que llegaron los abogados que por aquellos años llevaban a uno y a otro. Ahora, los letrados han cambiado y según declaró Rocío Carrasco a ella no le consta nada de este asunto, entre otras cosas porque esto no era lo que se juzgaba en la vista.
La hija de Rocío Jurado ha demandado al padre de sus hijos por lo penal, si bien es cierto que podría haberlo hecho por lo civil. En este caso siempre se corre el riesgo de la amenaza de cárcel y recordemos que Antonio David ya cuenta con el lastre de los antecedentes que le sobrevinieron con la famosa «multa». Lastre que aún le pesa porque ya se encargó Javier Saavedra, abogado de la Carrasco, de recordarle que le habían expulsado del cuerpo. En ese momento el acusado no pudo contenerse para pedirle al letrado que se desdijera, a punto estuvo la jueza de echarle de la sala. A pesar de las tablas que tiene como tertuliano televisivo le costó y mucho contener los nervios, intentaba controlarse pero finalmente no pudo evitar emocionarse en la sala, sus ojos estaban muy encendidos, me dio la sensación de que él se sentía impotente.
Si bien es cierto que Antonio David lo ha hecho muy, pero que muy mal porque el no puede actuar unilateralmente haciendo caso omiso de lo que dicta la sentencia de un juez, y la pensión «sí o sí» está obligado a pasarla. Si recurre y gana la batalla es otra cosa pero mientras que eso no ocurra debe cumplir con lo sentenciado.
Ahora bien, Rocío podría haberle denunciado por lo civil y no lo hizo, ¿pretende darle un susto a su ex?. Sin duda podría conseguirlo porque me da la sensación que Antonio David no va a pegar ojo hasta que no salga la nueva sentencia.
Durante el juicio no hubo miradas ni buenas ni malas, procuraron mostrar indiferencia entre ambos pero la actitud corporal de cada uno de ellos era bien distinta. A Rocío la ví con la cabeza muy alta durante todo la vista, muy segura de todo lo que decía e incluso satisfecha de haber llegado hasta allí, y a Antonio David le ví contundente en sus manifestaciones pero anímicamente derrotado, esa es mi opinión aunque él se empeñe en decir lo contrario.
Aún recuerdo cuando eran un matrimonio feliz, vinieron en numerosas ocasiones al programa Tómbola en el que yo trabajaba, salimos juntos alguna noche para disfrutar del ambiente de Valencia, maravillosa ciudad, se notaba que se querían, pero de eso hace ya mucho tiempo y todo cambia, las personas también.
