Julia Navarro – Escaño Cero – Numancia.


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

¡Menos mal¡. Sí, menos mal que los tribunales de Justicia han hecho justicia anulando la expropiación de terrenos junto a Numancia que se querían dedicar a la construcción de un polígono industrial. Tamaño despropósito se iba a llevar a cabo con la aprobación del alcalde de Soria y de la Junta de Castilla y León. Sí, a los señores de la alcaldía y de la Junta les parecía estupendo colocar un polígono industrial pegadito a las ruinas de Numancia, como si no hubiera más lugares en Soria, que es una provincia casi despoblada, para colocar un polígono industrial. Pero no, tenía que ser allí mismo, demostrando el alcalde de Soria y los responsables de la Junta de Castilla y León un auténtico desprecio para con el patrimonio cultural de nuestro país.

La construcción del polígono afectaba a siete bienes declarados de interés cultural como son Numancia, el Cerco Romano de Garray, el casco antiguo de la ciudad, la margen izquierda del río Duero, el claustro de la iglesia de San Pedro, la iglesia Concatedral de San Pedro, la iglesia y claustro de San Juan de Duero y la Muralla Medieval.

Perdonen, pero no puedo evitar preguntarme por qué el alcalde de Soria se ha mostrado tan complaciente con la empresa que quería colocar en Numancia ese polígono, al igual que me pregunto por la benevolencia sospechosa de las autoridades de la Junta de Castilla y León.

Ancha es Castilla y, sin embargo, los responsables de cuidar nuestro patrimonio cultural no había encontrado lugar mejor que permitir la construcción de un polígono industrial junto a las ruinas de Numancia y con efectos devastadores sobre otros bienes culturales. ¿Por qué? Que cada cual se responsa como quiera, pero nadie puede impedir que se piense lo peor.

Una familia, la familia Marichalar, propietaria de esos terrenos conlindantes con Numancia que iban a ser expropiados para la construcción del polígono industrial, ha sido quien pacientemente ha llevado el asunto a los tribunales para intentar frenar semejante atentado contra el patrimonio cultural. En su batalla no han estado solos, las Reales Academias de Bellas Artes y de Historia, el departamento de Historia Antigua de la UNED, la Asociación Hispania Nostra y Europa Nostra, la Sociedad Española de Estudios Clásicos, entre otros, han mostrado también su oposición a la barbarie que la alcaldía de Soria y la Junta de Castilla y León querían perpetrar.

La decisión del Juzgado Contencioso-Administrativo de Soria ha sido un alivio y sobre todo ha hecho justicia. Hay decisiones políticas, como las del alcalde de Soria y la de la Junta de Castilla y León respecto a Numancia que son lisa y llanamente un peligro. ¡Que tiempos estos en que hay que defender lo obvio!

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