Francisco Muro de Iscar – El paro no para.


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

La perversión o la malversación del lenguaje llega a extremos impresentables. Las palabras no pueden ocultar la realidad por mucho que algunos se empeñen. Sucede con el paro. El Gobierno, el ministro Corbacho y otros más se empeñan en decirnos cada mes que la destrucción de empleo «ha tocado fondo» y que el dato de cada mes «refleja un cambio de tendencia». Los hechos son que en enero vamos a sumar a la lista de parados más de 100.000 personas y que no hay ningún dato objetivo, ninguna medida puesta en marcha que pueda indicar que vaya a bajar en los meses futuros. Superamos ya los cuatro millones de parados, aunque Eurostar nos da 4,4 millones, y hay fuera de las listas oficiales muchos parados no registrados, sin hablar de la economía sumergida. Es cierto que algún día habremos tocado fondo, porque no habrá más empleos que destruir salvo los de los funcionarios.

Ahora, gente respetable y seria, que incluso ha dejado la política ante la imposibilidad de actuar razonablemente en ella, como el ex ministro José Victor Sevilla, el que enseñó «economía en tres horas a Rodríguez Zapatero», ha declarado en Onda Cero que «ha pasado lo peor, aunque ahora nos queda lo malo» (sic). Es decir pasamos de estar enterrados a ser un cadáver reciente, lo cual es una mejora sustancial, pero aporta escasas esperanzas. Dentro de esos razonamientos de un hombre que ahora trabaja en la empresa privada, que es metódico e inteligente, hubo otro que me parece aún más sorprendente. Dice Sevilla que estamos en mejor situación que otros países que están mejor que nosotros, porque nuestro margen de mejora es mayor porque podemos hacer muchas más cosas que ellos: las que ellos ya hicieron. Espectacular. Se merece el Nóbel.

Ya hasta el Gobierno sabe que hay que hacer reformas laborales de fondo -hasta diciembre lo negaba el presidente-, pero lo que va a aprobar en el corto plazo son 300 millones de euros para crear empleo, medidas que sólo afectarán levemente a jóvenes, mujeres maltratadas y discapacitados. El fracaso del diálogo social es épico: los sindicatos y la patronal andan reunidos todo el día en veintitantas comisiones, pero sin poner el huevo. Tanto dinero público para nada. Y España sólo aguanta cuatro millones de parados gracias al colchón familiar, al aumento de los subsidios y a la economía cada vez más sumergida, esa que, según Corbacho – el ministro, no el cómico- «existe desde los Reyes Católicos».

Cuando empiecen a quedarse sin cobertura los parados de larga duración y las familias no puedan hacer más, ¿qué va a pasar? Cuando alguien es incompetente para encontrar soluciones, debe dejar paso a otros que puedan. Nadie sabe los parados con que terminará 2010 -¿cuatro millones y medio, cinco?- pero hasta ahora, el aumento del paro sigue batiendo todos los récords. ¿Cómo puede dar lecciones a Europa de cómo debe encarar el futuro quien no es capaz de poner orden en el patio interior? Hablamos de inmigración, de almacenes nucleares y el paro, nuestro problema número uno, abandonado en manos de nadie.

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