Antonio Casado – El Gobierno se mueve.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

Mientras el Consejo de Ministros alumbraba el «pensionazo» y una severa dieta de adelgazamiento del gasto público, el presidente del PP, Mariano Rajoy presentaba públicamente su enésima enmienda a la totalidad de la política económica de Zapatero: «El problema no es tanto la crisis sino el hecho de que este Gobierno no hace nada para combatirla y lo poco que hace lo hace mal».

Debe revisar la primera afirmación. Y discutir la segunda, como es su obligación de discrepante oficial del Reino. Ya a la vista de unas propuestas tan concretas como las aprobadas por el Gobierno dentro del capítulo de reformas estructurales anunciado en su famosa estrategia de economía sostenible.

Las discutirán también los sindicatos, los empresarios y el resto de los partidos políticos. Faltaría más. Pero será difícil negar que van en la buena dirección y responden a dos problemas de fondo de la economía nacional. Uno, el envejecimiento de los españoles y su impacto en el sistema de pensiones, donde el número de cotizantes tiende a bajar y el de pensionistas subir. Otro, el déficit público, que se ha disparado por culpa de la crisis económica en dos grandes capítulos: los gastos sociales y las medidas de estímulo a para la recuperación.

Ahora vendrán los detalles. No es un trágala convertido de la noche a la mañana en disposición del BOE. Las dos grandes propuestas del Gobierno, el alargamiento de la edad de jubilación y el recorte en el gasto público, junto a las de la reforma laboral que dará a conocer en el Consejo de Ministros del viernes que viene, pasarán antes por la mesa de diálogo social, el Pacto de Toledo y el Parlamento, antes de ser definitivas.

Será curioso conocer los términos del contraste. Sobre todo el político. El PP, por ejemplo, se ha hartado de reclamar un recorte en el gasto público, pero siempre guardó silencio cuando se le pedía concreción sobre los capítulos presupuestarios donde se debía meter la tijera. El Gobierno ya ha tomado una decisión. No solo la del recorte, que es medida obligada si se quiere volver a la disciplina presupuestaria europea (no más del 3% de déficit para 2013). También los epígrafes afectados por la tijera. O, al menos, los que no van a ser afectados de ninguna manera.

A saber: gasto social y ayuda al desarrollo. Lógico. En algo se ha de notar que se trata de un Gobierno de izquierdas. El recorte no solo va orientado a rebajar el déficit público. También a mejorar la imagen de España ante las agencias internacionales. Está dentro de la más estricta ortodoxia capitalista. Seguir amparando a las capas más débiles de la sociedad, libres de culpa en las causas de la crisis, también son de estricta ortodoxia, la socialdemócrata. Así que Zapatero ha hecho lo que tenía que hacer.

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