Carmen Tomás – Desde el parqué – Para pensárselo


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Las bolsas han vivido una semana de infarto. Los inversores no daban abasto para digerir malas noticias, dudas, anuncios e incluso alguna reelección. Así que se han decidido a realizar beneficios por lo que pueda pasar. El IBEX 35 ha cerrado, dicen las estadísticas, el segundo peor enero de su historia. La Caída se acercó al 8,5 por ciento y cerró por debajo de los 11.000 puntos.

Y lo peor que puede pasar es mucho. Las medidas anunciadas por Obama no gustan y a pesar de que la economía norteamericana creció en el cuarto trimestre del año en tasa trimestral anualizada un 5,7 por ciento, más de lo previsto, pocos ni siquiera el presidente, se atreven a dar por zanjada la crisis con un 10 por ciento de paro. Por supuesto, siguen pesando las dudas sobre Grecia. En menor medida también sobre España. En las últimas subastas ya hemos visto el diferencial con la deuda alemana en cien puntos básicos. Tampoco gustó la reelección del presidente de la Reserva Federal, Bernanke.

En cuanto a la situación española. Ni una buena noticia ni una buena acción. El déficit público, ya es oficial, se ha disparado hasta el 11,4 por ciento que son nada menos que 20.000 millones de euros más de lo previsto y casi cuatro veces más que el nivel que recoge el plan de estabilidad de la Unión Europea. El Gobierno dice que va a recortar 50.000 millones de gasto (10.000 espera que lo hagan las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos quienes, pero sin obligarlas porque no puede) y desaprovecha la oportunidad y recorta las infraestructuras. También el empleo público. Ya numerosas voces de expertos califican este ajuste insuficiente y desorientado en algunas partidas. Precisamente, las infraestructuras son movilizadoras de actividad y puestos de trabajo, mientras que no se mete la tijera en los altos cargos, en sus sueldos, en la supresión de ministerios, subvenciones de todo tipo y demás gastos injustificables que al final suman muchos miles de millones de euros.

En definitiva, que se pierde una oportunidad y lo que queda es un gesto que ya veremos cómo se llena de contenido y si consigue aumentar la credibilidad de Zapatero que está bajo mínimos. Lo tiene difícil para explicar cómo hemos llegado a esta situación insostenible de déficit y de paro. El sábado ante los suyos insistía en que el gobierno es el gran defensor y mantenedor de los derechos sociales. Me da la impresión de que tras los datos conocidos y el «pensionazo» ese discurso ya no le vale, aunque le ponga mucho énfasis y lo adorne de topicazos. Sigue sin coger el toro por los cuernos y al final se llevará una cornada.

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