MADRID, 9 (OTR/PRESS)
Este martes estaba marcado como el final de las vacaciones parlamentarias navideñas. Después de mes y medio de descanso, sus señorías han regresado a sus escaños del Congreso y del Senado. Y algunos han tenido amplias sesiones de trabajo, por cuanto el presidente del Gobierno ha comparecido en el Senado para el primer debate de la nueva temporada y, además, ha fijado esta fecha para reunirse con sus parlamentarios para repasar el estado de la situación y dar las pertinentes explicaciones que les requieren muchos ciudadanos, incluidos algunos parlamentarios. El presidente acude finalmente al Congreso para hablar de al crisis, después de que se lo pidieran PP, CiU y PNV, con el respaldo de Esquerra y UPD.
No hay duda de que las informaciones de los últimos días han forzado a esta actuación del presidente. Han sido unas informaciones coincidentes, por lo general, en describir un pésimo estado general, sobre la solvencia de las cuestas públicas españolas. Incluso parece que no funcionó como cabía esperar y desear, para nuestro país, el esfuerzo de explicación que ayer iniciaron en Londres la vicepresidenta Salgado y el secretario de Estado Campa. Los editores del Financial Times, que han sido especialmente críticos con esta situación española y que mantuvieron ayer reuniones con los altos cargos españoles, señalan hoy que precisamente uno de los indicios de la mala salud de un país se puede advertir en el hecho de que las autoridades de ese país culpan a los medios informativos de sus malas referencias. Salgado y Campa han pedido confianza en la solvencia económica de España.
Se asegura hoy en los medios españoles que las explicaciones de la ministra Salgado y de Campa en Londres no evitaron que el diferencial con el bono alemán haya subido a máximos anuales, una demostración palpable de que el coste de la deuda podría seguir creciendo para España… Y el riesgo de impago de la deuda pública se duplica respecto al nivel de hace solamente tres meses. Campa, por lo demás, ha dado garantías de que España reducirá al 3 por 100 su déficit en el plazo de tres años que ha establecido la Comisión Europea, como ya ha hecho en ocasiones anteriores. Los dos enviados del Gobierno a Londres, y hoy lo harán en París, «venden» la solvencia de España, mientras en nuestro país, José Blanco denuncia un ataque al euro y afirma que hay maniobras turbias para evitar que se regulen los mercados, y sostiene que hay una estratagema orquestada para demonizar y destruir al jefe del Ejecutivo español, en línea con el propio Zapatero, que se había escudado en el «ataque de los especuladores contra el euro, y el Gobierno no descarta otros recortes del gasto, si es preciso, para conseguir ese tres por ciento de déficit al que exige la Comisión Europea.
En efecto, las informaciones financieras dan cuenta de que los inversores han lanzado el mayor ataque al euro en los mercados de futuros, y las apuestas a la baja contra la moneda única alcanzaron en Chicago un récord de 5.600 millones. A su vez, los analistas justifican la huida de inversores de España «por criterios lógicos». En el panorama político español las cosas no están mejor, tal vez porque se reflejan unas en otras, la política interna con los problemas externos. Y en este panorama de la política externa, llama la atención, en primer lugar, sobre todo, el llamamiento efectuado por los dirigentes de Convergencia i Unió para que se establezca un pacto de Estado para afrontar una situación difícil.
Por su parte, el PP evita tomar la iniciativa, parece que a la espera de escuchar al presidente, aunque el portavoz González Pons, ha invitado al presidente del Gobierno a recurrir a Rajoy para pedirle su ayuda, una vez reconocida su impotencia para remontar una situación tan complicada. Pons insiste en proclamar que España puede salir de la crisis, pero Zapatero, no… Señala El País que «Rajoy opta por un perfil bajo para que el foco siga colocado en el Ejecutivo». Hoy debieran empezar a aclararse las cosas, siquiera en las cámaras parlamentarias y por virtud de la intervención del jefe del Gobierno. Veremos…
