Charo Zarzalejos – Ahora el Rey


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

De acuerdo con la Constitución, España es una monarquía parlamentaria de modo que el Rey, Jefe del Estado, está sujeto a la misma y de acuerdo con ella, y para entendernos, no puede ir por libre. Sus viajes, sus discursos, toda actividad institucional está, de algún modo, supervisada por el Gobierno y, desde luego, sus discursos no están sujetos a la eventualidad de la ocurrencia. Hay que pensar que cuando ha pedido un pacto de Estado -que no es la primera vez que lo hace- no ha exteriorizado una ocurrencia y hay que pensar que nada más medido que un discurso de quien ostenta la jefatura del Estado.

Así las cosas hay dos asuntos a debate. ¿Ha hecho bien el Rey proponiendo y alentando un Pacto de Estado? Si, como está establecido, nada de lo que dice escapa al visto bueno del Gobierno ¿por qué ha tomado distancia recordando que es el Ejecutivo el responsable de la política? Hasta el momento, la experiencia demuestra que el Rey, cuando ha intervenido, nunca se ha equivocado. Sus palabras siempre se han ajustado al escrupuloso respeto no sólo a la Constitución, como no podía ser menos, sino a la pluralidad de pensamientos y sentimientos que conforman la realidad política española.

¿Se ha equivocado ahora? Pienso, sinceramente, que no, que en su papel de reinar pero no gobernar está el alentar obviedades, como que un gran pacto de Estado sería un bien para afrontar la situación económica. Sus palabras no pueden ofender a nadie; sin embargo, si alguna pega hay que poner a la intervención del Monarca es que la haya realizado sin garantías de éxito. Y es que da la sensación de que ni PSOE ni PP se sienten especialmente concernidos, impelidos a buscar ese gran acuerdo que en todo caso toca liderar, incentivar y propiciar al Gobierno. Pero el Gobierno no lo quiere. ¿Por qué entonces ese discurso? Se me escapa la razón última. Solo lamentar que sus palabras caigan en vació y es lo que, desde el Gobierno, en la medida que le toque, hay que evitar.

El Gobierno no ha tardado en tomar distancia. El PP no se ha quedado a la zaga y hoy ese pacto de Estado propuesto por el Jefe del Estado es el pacto que nunca será. Es llamativo que el Ejecutivo se distancie de lo que, en teoría, previamente ha supervisado. Y llamativo es que se haya dado publicidad, mucha publicidad, a las últimas audiencias del Rey que, salvo excepciones, están presididas por la discreción, tanto de Zarzuela como del invitado.

Probablemente todo sea más sencillo de lo que parece, pero debemos estar todos muy susceptibles porque las teorías que circulan en torno a este discurso del Rey son numerosas y algunas incluso groseras para con la figura y las intenciones del Monarca. Dada la situación ya existente, lo que menos conviene es poner en jaque la figura del Rey, que es, guste o no, el único referente que nos queda al margen del vaivén a veces cruel de la política.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído