Mabel Redondo – Entre bambalinas – Rocío Galán y su familia pensaban que nunca les pillarían.


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

La «Operación Toscana» promete dar mucho que hablar. El operativo de la Guardia Civil desmanteló muy eficazmente la red de prostitución en la que están implicados de lleno Rocío Galán y buena parte de su familia. No es la primera vez que su nombre sale a la luz, ya salió cuando se la relacionó con José Ortega Cano el pasado mes de septiembre.

Es evidente que el caso ha cobrado aún más trascendencia por el vínculo de la jerezana con el torero. Rocío Galán, sus padres y sus hermanos, entre los que se encuentra el torero Juan Pedro Galán, están imputados de los delitos de explotación sexual, blanqueo de capitales y falsificación documental.

El patriarca era quien supuestamente dirigía todo el cotarro. En total se han precintado seis prostíbulos que regentaba en toda Andalucía en los que trabajaban 150 mujeres que eran sometidas a un trato vejatorio y denigrante, se las obligaba a hacer dietas estrictas y se las multaba si no llegaban a unos mínimos con sus servicios. Además, cuando estas dejaban de ser rentables las echaban a la calle y quedaban completamente desamparadas, algo especialmente complicado para muchas de las inmigrantes que trabajaban en estos locales y que para más inri no tenían sus papeles en regla.

Algunas de ellas ya están colaborando con la investigación y la Guardia Civil ha puesto en marcha un operativo de ayuda al ponerse en contacto con asociaciones y ONG»s que socorren a las mujeres maltratadas. Me cuentan que cuando la Guardia Civil se presentó en los locales y en el domicilio de la familia Galán, ellos no presentían que algo así podía suceder, sino más bien que se trataba de una inspección rutinaria.

Algunos de los encargados de los prostíbulos fueron detenidos en los propios locales, pero la familia se llevó el gran susto en su propio domicilio. Me cuentan fuentes policiales que a todos ellos les pilló de sorpresa, que no se esperaban que fueran a ser detenidos, que no hizo falta ponerles las esposas puesto que no existía riesgo de fuga y que todos ellos colaboraron con la autoridad.

Les llevaron a los calabozos del cuartel de la Guardia Civil a la espera de prestar declaración en el juzgado número 5 de Chiclana, pero separaron a la familia para evitar así que se intercambiasen información o que preparasen una declaración. Por eso, por una parte, Rocío Galán y su madre no pueden entrar en contacto con el patriarca y con Juan Pedro Galán, estos dos están en otro modulo.

Rocío Galán no sólo tiene que hacer frente a la repentina detención (repentina para ella claro, porque la investigación se viene fraguando desde el pasado mes de abril). La jerezana cuida a su madre que sufre ansiedad por los nervios de la detención. Sin duda, pensar en todo lo que se le avecina la ha causado un shock.

La Guardia Civil no da «palos de ciego». Me cuentan que estos delitos podrían remontarse a más de 25 años, por lo que no me extraña el imperio que la familia Galán ha conseguido en estas últimas décadas. Recordemos que en ese primer registro del lujoso domicilio en el Puerto de Santa María les interceptaron medio millón de euros que tenían escondidos en la maquinaria del jacuzzi, además de numerosas pruebas de falsificación de documentos. Se calcula que la familia pueda tener más de cincuenta millones de euros como patrimonio invertido en distintas viviendas repartidas por toda España. Su domicilio habitual estaba plagado de obras de arte, pinturas carísimas y esculturas enormes, vamos que a la familia Galán le gustaba la ostentación en los muebles y en la decoración de las habitaciones, ¿no les recuerda esto a los Picasso que se encontraron en los baños de algunos malayos? En los locales se encontraron varias toneladas de alimentos perecederos que tenían almacenados en contenedores y que la Guardia Civil ha hecho llegar a Cáritas.

Se prevén más detenciones, posiblemente superen la treintena, muchos amigos y personas cercanas a la familia Galán están temblando pensando en lo que se les puede avecinar si se les relaciona con el caso. No es para menos, el operativo también desmanteló una gestoría, los documentos que allí se encontraron son clave en la investigación, no sólo por las supuestas estafas económicas que hayan podido cometer, sino también por los nuevos nombres que muy pronto podrían ver la luz.

Y quien posiblemente, y si finalmente sale culpable, no vea la luz del día en mucho tiempo podría ser el padre de Rocío Galán, a quien se le juzgará por la explotación sexual a 150 mujeres. La pena podría llegar a superar los cien años porque en este caso el delito se juzga de forma individual y analizando el caso de cada una de las victimas. Por su parte la familia Galán no se ha quedado de brazos cruzados y han optado por invertir parte de su patrimonio en el pago de unos buenos abogados, que digo yo que hacen muy bien, porque falta les va a hacer para salir de esta.

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