José Cavero – El PP y CiU aprietan al Gobierno


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Las impresiones sobre la eventualidad de que pueda, finalmente, nacer un pacto para abandonar la situación de crisis lo antes y mejor posible, varía de un día para otro, y según el tono que cabe apreciar en los dirigentes políticos. Por ejemplo, es bastante evidente que al ministro de Educación, Angel Gabilondo, se le está terminando la confianza y fe en un pacto educativo, por lo que él mismo dice: Que es un error nivelar por lo bajo. Y porque ya piensa en cómo sustituir esa gran esperanza rota: Si no hay pacto, seguiremos buscando acuerdos, gobernaremos. A Rajoy también se le descubre a diario, en su muy escasos deseos de llegar al pacto económico. Rajoy prefiere acusar al adversario, de quien dice que lo que le falta al gobierno no son apoyos sino ideas. O bien, que a Zapatero no le ha faltado apoyo, sino coraje. Pero, sobre todo, alega la necesidad de que el inquilino de la Moncloa rectifique, para conseguir el apoyo del PP: Lo que pido al gobierno es que no haga más daño del que ya ha hecho, dice Rajoy. Y también con sus condiciones más claras: De la crisis se sale, pero con más empleo y menos impuestos. Después de todo, Rajoy ya empieza a observar que se espira el cambio aquí, en Andalucía, y en el resto de España. A Rajoy le acompaña, como eco de su propia voz, la de su secretaria general, Dolores de Cospedal: Zapatero tiene que cambiar de política económica o convocar elecciones. Si la política económica va a seguir siendo subir los impuestos y aumentar el déficit, nosotros no la podemos compartir. Un Gobierno de concentración -dice también, en referencia a la idea lanzada por Esperanza Aguirre-, lo veo bastante imposible. Curiosamente, hay una salvedad llamativa en lo que Cospedal dice de Gurtel: No es un caso de financiación ilegal del PP nacional. O sea, ha podido serlo del PP valenciano, cabe deducir.

Hay otros declarantes de este domingo, como el convergente José Antonio Durán i Lleida, que proclama que Zapatero debe ocuparse más de la economía y menos de los mítines, o repite que él no hará de coartada para que el presidente del gobierno haga propaganda. Según Durán, si en junio no están los deberes hechos, alguien desde fuera nos los impondrá. O bien, España pasará dos años trágicos si no llegamos a acuerdos. Curiosamente, el propio Durán no duda en estimular al PP para que se integre y participe en el acuerdo: el PP debe entender la excepcionalidad de la situación económica. Está a tono con la invitación de José Blanco: No pedimos al PP que deje de defender sus ideas, sino que sea capaz de integrarlas en un proyecto colectivo. Sólo hay una camiseta, la de España, añade Blanco.

Luego quedan las opciones sindicales. Cándido Méndez calcula: Deberíamos poder llegar a acuerdos en el diálogo social en el mes de abril. Y si no se logra un pacto político sobre la crisis, habría que alcanzarlo entre las instituciones. A su vez, el otro líder sindical «gemelo», Fernández Toxo: proclama que si una huelga general pudiera crear un solo empleo, ya se habría hecho y dice también que si hay una reforma inaplazable, prioritaria y urgente en nuestro país, es el sistema financiero. Muy destempladas y desentonadas han resultado las opiniones de la ex ministra de vivienda más criticada en su tiempo, María Antonia Trujillo, que no duda en sostener que vivienda ha tocado techo, no se ha hecho nada desde que me marché. Dice también que los ciudadanos piden otro tipo de Gobierno, y tampoco duda en proclamar que tenemos un Estado bochornoso, en que se han duplicado o triplicado las instituciones. ¿Qué hierba ha mascado la extremeña?

De la lectura de los diarios me queda todavía otra preocupación, la de un reportaje de El País que proclama que quince magistrados, la mayoría de tendencia conservadora y aupados por el PP a través del Consejo General del Poder Judicial, tienen en sus manos una buena parte del juego político de España, y que ultraderechistas de Manos Limpias y Falange Española, así como abogados enfrentados a Botín y empresarios e implicados en Gurtel, buscan acabar con Garzón. Esto sí que sería la gran conspiración de nuestro tiempo.

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