Fernando Jáuregui – No te va a gustar – El barón autonómico.


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

Asisto a uno de esos multitudinarios desayunos en torno a un personaje político o empresarial, organizado por el foro Europa Press y esta vez con el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, como protagonista. El discurso institucional de Barreda y, sobre todo, el coloquio posterior, que es donde el invitado muestra su talla, me han hecho pensar, y no por primera vez, en que estábamos ante un ejemplo de muchos de los problemas que tiene planteados el país. Castilla-La Mancha, como Andalucía, como Extremadura, como Murcia, o Valencia, o incluso Madrid, tiene que seguir construyendo el futuro de este Estado autonómico precisamente ahora, en tiempos de crisis económica y también institucional. Y ahora es, me parece, más difícil que nunca.

Como tantos «barones» autonómicos, Barreda tiene una difícil cita el año que viene, las elecciones en las que su victoria no está asegurada, lo que da primacía a la captura de votos antes que a procurar los verdaderos remedios para tantos males. Ello le obliga a potenciar sus perfiles de independencia con respecto a Ferraz y La Moncloa, a plantear sus propias pegas a la instalación en «su» territorio de un cementerio de residuos nucleares, a establecer su estrategia particular en la peligrosa «guerra del agua» frente a otras comunidades, a colocar sus exigencias a la hora de la aprobación del estatuto de autonomía –¿se «apropiará» del Ebro, como otras autonomías han hecho con «sus ríos?–…

Como tantos «barones» autonómicos, Barreda ha tenido que recortar gastos (y clientelismos) y, como tantos, plantea la necesidad de pactos económicos y sociales que sus «jefes», allá en las alturas de sus cuarteles generales políticos, no acaban de concretar.

Como tantas otras autonomías, Castilla-La Mancha se enfrenta a una carencia de infraestructuras, por un lado, y a un cierto exceso derrochador -léase, sin ir más lejos, aeropuerto de Ciudad Real_por otro. Se enfrenta al sentimiento patriótico como nación, España única e indivisible, pero, a la par, con el amor al terruño, que por cierto es de donde vienen los votos para la reelección.

¿Cómo armonizar todos los intereses? ¿Es la conferencia de presidentes autonómicos, inventada por Zapatero, el foro donde dirimir los pactos necesarios para reducir el gasto público, donde tratar de armonizar legislaciones dispersas y repetitivas, donde encontrar un mínimo equilibrio institucional? El socialista Barreda cree que sí. Otros presidentes de signo político contrario dicen, en privado, que no.

En cualquier caso, la cuestión candente, la armonización entre los muy distintos intereses que España tiene planteados a escala territorial, sigue ahí. Barreda, como antes han hecho en estos mismos foros otros presidentes autonómicos, desde el extremeño Fernández Vara hasta el gallego Núñez Feijóo, simplemente ha evidenciado, queriéndolo o no, el enorme problema. La solución sigue pendiente, y eso es lo peligroso.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído