MADRID, 2 (OTR/PRESS)
Dos materias económicas debaten hoy los políticos y los mercados, por igual: de un lado, los datos del paro en el mes de febrero, dados a conocer esta mañana, y que arrojan 82.132 parados a las cifras del Instituto de Empleo del Ministerio de Trabajo. Algunos miles más de los que se había supuesto, pero ciertamente, bastantes menos, casi la mitad, de los que se registraron un año atrás. La lista de parados suma 4.130.000, que muy a menudo son otros tantos dramas humanos y familiares.
Frente a estos datos, o para afrontar tan dura realidad, el Gobierno daba a conocer en la noche del lunes la propuesta que discutirá con los partidos parlamentarios precisamente para afrontar la grave derivación de la crisis, el paro. ¿Hay novedades en «el papel» del Gobierno? Si tenemos en cuenta el juicio del PP, son escasas, tales novedades. Y los restantes partidos coinciden en señalar que hay propuestas, en los 32 folios que contienen las propuestas gubernamentales, pero son insuficientes y genéricas, aunque con algunos avances positivos. Sobre esas propuestas, el Gobierno deberá ahora debatir y llegar, si es posible, a un pacto contra la crisis.
La más llamativa de las propuestas se compromete a crear en dos años 350.000 empleos fomentando con incentivos fiscales la rehabilitación de viviendas y edificios. Es decir, el Gobierno vuelve al ladrillo, pero sin carácter especulativo, como advierte Elena Salgado. Ciertamente, late en la mayor parte de esas medidas una viva preocupación por crear empleo, a ser posible con la mayor urgencia, pero está por ver la eficacia que demuestran tener. En el PP, el texto del Gobierno parece escasamente elaborado, lleno de generalidades y con escasas medidas concretas, salvo en materia de desgravaciones y reducciones fiscales para obras de rehabilitación, con rebajas del IVA. Medidas que en su momento propuso el PP y el PSOE rechazó en el Congreso.
El PP lamenta, en particular, que el Gobierno no concrete en materia de reducción del gasto público para bajar el déficit, y en materia de reestructuración del sector financiero, aunque en el texto del Gobierno sí se mencione el propósito de reducir el número de altos cargos. Otra de las medidas más llamativas es la de dotar al ICO de posibilidades para conceder créditos de hasta 200.000 euros, con riesgo asumido totalmente por el Estado. Al PP tampoco le gusta esta idea, porque interpreta que es un regreso a la banca pública… El ICO se transformaría en salvavidas de pymes y autónomos, con la concesión de créditos directos.
En sus propuestas, el Gobierno se compromete a rebajar un 4 por ciento los costes de personal de la Administración del Estado, reduciendo los altos cargos y concentrando empresas públicas. A los directivos, además, les serán bajados los sueldos. Son medidas suficientes? Elena Salgado entiende que «las líneas expuestas son merecedoras de acuerdo». Ya hemos visto que al PP están lejos de entusiasmarle, aunque puede entrar en su debate. A los restantes partidos, les parece bien la rehabilitación de viviendas con IVA reducido. Joan Herrera, de ICV, echa de menos valentía en el Gobierno para abordar la reforma del sistema financiero. Hay dudas sobre el «mix» energético, en el que se rebaja la aportación de la energía nuclear al 15 por ciento y se promete revisar el sistema de incentivos a las energías renovables. También hay un compromiso del Gobierno de resolver antes de seis meses el problema de los costes regulados del sector eléctrico. También se nota la «mano» del ministro de Industria cuando se propone una programación con ayudas al automóvil y del plan del vehículo eléctrico. O la mano de José Blanco en la rebaja del 15 por ciento de las tasas aeroportuarias. Más ayudas a la VPO, al turismo, el impuesto sobre sociedades aumenta del 8 al 12 por ciento. Los contenidos digitales tendrán una ayuda de 250 millones, se fomentarán las uniones entre pymes… Ahora se deberán ver las reacciones de los partidos.