Antonio Casado – Amigos y enemigos de Garzón.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Ha nacido una plataforma de apoyo a Baltasar Garzón. Escritores, músicos y artistas le consolarán este sábado en Jaén, la tierra natal del polémico juez (Institución Ferial, 19.30 h.). Si se movilizan sus enemigos para denigrarle, es justo que se movilicen sus amigos para arroparle, sin perjuicio de que las cuestiones procedimentales sigan su camino en el ámbito jurisdiccional (Tribunal Supremo) y en el disciplinario (Consejo General del Poder Judicial).

La citada plataforma ha difundido un manifiesto que cualquiera puede suscribir si está de acuerdo en que «Garzón ha ejercido la Justicia de forma continuada y valiente durante veinte años en la Audiencia Nacional, comprometida con la defensa de los derechos humanos en España y en el mundo, contra dictadores, terroristas, corruptos y enemigos de la democracia».

Con sus luces y sus sombras a lo largo de una trayectoria tan dilatada, Garzón merece el reconocimiento que se desprende de esas líneas entresacadas del manifiesto. Quienes así lo creemos nos resistimos a aceptar que pueda quedar para la historia el desalentador recuerdo de un Tribunal Supremo más comprensivo con la corrupción política y los crímenes franquistas que con el juez que los combatió. No se entendería. O se entendería demasiado bien pero, insisto, nos cuesta aceptarlo.

Otros jueces han compartido las tesis de Garzón sobre los delitos imprescriptibles, la justicia universal o las escuchas telefónicas con control judicial, pero nadie les ha considerado prevaricadores por defenderlas en sede judicial. La única diferencia es que sólo en el caso de Garzón se presentaron querellas de particulares. Por cierto, grupos afines al franquismo o defensores de presuntos corruptos. Y siempre sin acusación del Ministerio Público, que es la institución encargada de promover la acción de la justicia y ejercer la defensa de la legalidad.

Por las señales emitidas desde el CGPJ, en el órgano de gobierno de los jueces se ha formado una mayoría de vocales favorable a la suspensión de funciones del juez Garzón. Sobre todo después de la admisión a trámite de una tercera querella contra él. En este caso, por la supuesta ilegalidad de conversaciones intervenidas a los encarcelados del caso «Gürtel» y sus abogados.

Tres querellas son demasiadas. Y los vocales del CGPJ que más ganas le tienen a Garzón van a tener muy fácil demostrar que en esas condiciones la imagen de la Justicia queda en entredicho. Así que basta con que una mayoría de vocales entienda que las querellas que se están tramitando contra Garzón dañan el prestigio de la Justicia para que sea apartado de sus funciones. Sería una medida cautelar, una vez escuchadas las alegaciones del afectado y a la espera de si, finalmente, el Supremo decidiese procesarle o no. No obstante, supondría un final de trayecto para el más mediático de nuestros jueces.

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