Rafael Torres – Al margen – Casillas, humano.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Desde que falla tanto, la gente ha empezado a sospechar que Casillas, Iker Casillas, el portero del Real Madrid y de la Selección, es humano. Y eso a la gente no le hace mucha gracia, sobre todo a la seguidora del equipo que es divino o no es nada. Es decir, a la gente que, teniendo muy limitada la capacidad para asimilar la frustración, o bien desbordada dicha capacidad por un caudal importante de frustraciones en las áreas no estrictamente futbolísticas de la vida, necesitan identificarse con un club cuya esencia no es otra que ganar y triunfar invariablemente, y si no, no. Pero a lo que íbamos, que Casillas, el cancerbero de la Puerta Inviolable, ha resultado ser humano, y lo más probable es que esos goles que antaño evitaba con sus reflejos prodigiosos y su colocación perfecta (¡San Casillas!), hogaño se los metan porque, en vez de estar concentrado en las aviesas intenciones del delantero rival, está pensando en las chicas, o, lo que es más grave porque distrae más, en una sola.

En realidad, lo que le pasa al bueno de Casillas no es que sea humano, sino que se ha hecho un hombre. Los aficionados del Real Madrid se creían que aquél joven de rasgos inocentes e infantiles que no tenía en la cabeza otra cosa que el fútbol, se iba a quedar así para siempre. Por dentro, la gente del balompié y del deporte en general es así, como un poco infantil siempre, y por eso creía semejante cosa. Pero Casillas, curiosamente, no es así, no parece llenarse ya sólo con el fútbol, y ya se veía, sobre todo desde su primer y seguramente devastador desengaño amoroso, cómo se le iban afilando las facciones, cómo se reía un poco menos de todo y, para los más observadores, cómo su Angel de la Guarda, el que le guardaba a él y a su portería, le iba abandonando.

El que esto escribe sabe que Casillas será un soberbio guardameta en la madurez, cuando haya remontado éstos tiempos que la vida le ha concedido para aprender y que acabarán relegándole, momentáneamente, a la suplencia. Será entonces el mejor portero del mundo porque, siendo humano y no angélico como en su primera etapa, tendrán un mérito extraordinario sus paradas. Casillas, en una palabra, acaba de empezar de verdad su carrera.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído