José Luis Gómez – A vueltas con España – Tiempos difíciles por delante


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

El verdadero problema económico de España es la crisis de la construcción, que ha sido su gran locomotora, por su reconocida capacidad para generar empleo y tirar de muchos otros sectores, durante años y años. La otra crisis, la financiera, que también es gravísima, no es diferente de la que sufren otros países desarrollados. Si en España hay mucho más paro, hasta cifras que resultan insoportables social y económicamente, es debido a sus problemas estructurales de siempre y al parón de la construcción. Porque el turismo, el otro gran vector de la economía española, si bien se ha contraído, sigue resistiendo y tenderá a mejorar a medida que se vayan recuperando países como Inglaterra, Alemania o Francia. Por tanto, España tiene un doble objetivo: salir de la recesión, como todo el mundo, y avanzar en el desarrollo de un modelo productivo de cierto valor añadido. Es decir, casi nada. Todo esto vamos a tener que asumirlo, con independencia de si nos gusta o no la política del Gobierno de Zapatero, que dicho sea de paso tampoco es muy diferente de la que aplicaron otros países en recesión. En España tenemos sol y sabemos hacer casas, pero no somos los que hacemos los Mercedes y los BMW. A lo sumo tenemos cadenas de montaje de marcas más convencionales, que no es lo mismo que ser los dueños de la innovación y el verdadero valor añadido.

A Zapatero, por tanto, se le podrá reprochar que anduvo lento de reflejos –también, por cierto, el Banco Central Europeo– y que tiró del déficit para afrontar el gasto social –¿acaso no debería hacerlo?–, sin saber implicar a las autonomías en determinadas políticas microeconómicas. Pero no sería riguroso acusarle de haber causado la crisis ni de aplicar recetas contrarias a la ortodoxia occidental. Se entiende que lo haga el PP, porque Mariano Rajoy ha elegido ese triste camino para conquistar la Moncloa, pero a otros agentes sociales, económicos e incluso políticos hay que suponerles capacidad para usar algo más que la brocha gorda. En ese sentido, criticar la subida del IVA es un ejercicio poco o nada realista, ya que España no puede seguir con un déficit público superior al 11%. El país debe prepararse para tiempos difíciles, con una devaluación interna que afectará a los salarios. Y en eso Zapatero sí que debería ser más claro y realista. España es más pobre, no puede devaluar y toca ajustar.

TODAS LAS OFERTAS

LA MEJOR SELECCIÓN DE OFERTAS ONLINE

Seleccionamos y organizamos miles de ofertas online para ti

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído